Entre guerras declaradas a la comida basura, mitos en torno a los alimentos procesados y leyendas urbanas sobre las consecuencias de los productos químicos en nuestra dieta, de vez en cuando aparece una voz que sale a su defensa y se instaura una verdadera guerra de la información, tal y como ha sufrido en su piel la bloguera Food Babe.

Vani Hari –más conocida entre sus seguidores como Food Babe– es una de las principales defensoras del estilo de vida saludable en la red. Precisamente en su blog cuenta cómo pasó de llevar una vida de excesos alimentarios a invertir sus esfuerzos en desenmascarar a las multinacionales para saber de qué están compuestos los alimentos que consumimos a diario. Vani Hari se ha enfrentado a Dunkin' Donuts, McDonalds o Starbucks y ha sido nombrada por la revista Time una de las 30 personas con más influencia en Internet, pero ahora se ha ganado una enemiga que, aunque hasta ahora desconocida, ha dejado muy clara su opinión sobre el estilo de vida de Vani Hari. Es Yvette d’Entremont, la química con experiencia en toxicología, ciencias forenses y exprofesora dispuesta a 'desenmascarar a la que desenmascara' en el poco sutil artículo The Food Babe blogger is full of shit que publicó en Gawker la pasada semana. Ahora es Yvette quien busca "desacreditar la pseudociencia que prolifera en la blogosfera" a través de su blog Science Babe.

En el texto, Science Babe –como así se la conoce a raíz del enfrentamiento– se basó en el humor para cargar contra la visión absolutista de la que en ocasiones hace gala Food Babe y le dedicó unas palabras: "En el blog de Hari es difícil encontrar un solo dato científico. Entre su uso ofensivo del término 'toxina' cada vez que no sabe pronunciar el nombre de un compuesto químico y la creencia de que cualquier persona que está en desacuerdo con ella es cómplice, resulta difícil quedarse con su mayor pecado". A continuación, Science Babe desmonta uno a uno los argumentos de Vani Hari y le acusa, además de haber "asistido a la universidad de Google", de sacar las cosas de contexto con el único fin de asustar al consumidor, centrándose en cuestiones como que todo en exceso puede ser dañino y que no se pueden cuestionar ciertas cosas como el poder de las vacunas.

La respuesta de Vani Hari no se ha hecho esperar, y tras dejar claro que su única intención es "lograr un futuro mejor" ha acusado a su antagonista de mantener intereses estrechos con las empresas químicas para las que trabajó y ha aportado la documentación pertinente con la que defiende que sí, que los pesticidas son nocivos y que los alimentos orgánicos cuentan con numerosos beneficios que merece la pena resaltar.

Sleeve, Denim, Jeans, Joint, Waist, Publication, Elbow, Abdomen, Trunk, Advertising, pinterest

Sea cual sea el equipo que elija cada uno, no conviene olvidar que lo inesperado del asunto es cómo ha conseguido la bloquear proclamarse enemigo número uno de las grandes cadenas de comida rápida. Hace tan solo dos años que Hari dejó su trabajo de oficina para retar a empresas como Coca Cola a mejorar la calidad –y los efectos en la salud– de sus productos. Hoy, la página web que administra junto a su marido roza los 3 millones de lectores mensuales y entre sus posts más visitados figura un texto que señalaba la inclusión de "químicos dañinos" en los cafés especiados con calabaza de Starbucks. No deja de resultar sorprendente que un país emperador de la comida basura como Estados Unidos se fustigue al saber que los bocadillos de Subway podrían contener un elemento bautizado como 'azodicarbonamida' en su pan. Pero en este último caso, valió para que la petición por retirarla alcanzara las 50.000 firmas y fuera eliminada de sus ingredientes.

A base de vestidos llamativos y un gusto innegable por la cámara, Food Babe va camino de establecerse en ese nuevo perfil de celebridad viral y el primer paso ha sido escribir su propio libro, The Food Babe Way, colándose por supuesto en el número 4 de récords de ventas del New York Times. Lo cual no quita que científicos y expertos le hayan recriminado su abuso de la palabra 'toxina' cuando muchas de las frutas y verduras que recomienda entre sus recetas contienen elementos de ese mismo origen, o que haya tenido incluso que borrar un artículo en el que criticaba duramente a los microondas por "causar cáncer y destrozar los nutrientes". Es uno de esos ejemplos del país del bienestar en el que amar y odiar al famoso en cuestión van de la mano, pero al menos no se trata de una estrella de la docurrealidad lista para mostrar su vida californiana a lomos de un Cadillac. Por ahora.