Las niñas ya no quieren ser princesas, ni siquiera ser salvadas por príncipes. Ni tampoco enamorarse es el fin último de sus vidas. Una realidad con la que el cine infantil ha tenido que lidiar durante estos últimos años, adaptando los guiones a las peticiones de una sociedad cada vez más igualitaria. Y sí, los rumores eran ciertos: Disney parece haber cedido a las peticiones de algunos de sus fans y ha anunciado la posible aparición de la primera princesa lesbiana en la historia de la compañía.

En este sentido, tras las quejas del colectivo LGTBI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgénero e Intersexuales), el vicepresidente de la empresa cinematográfica, Thomas O. Staggs, ha confirmado en un comunicado la aparición de un personaje homosexual en el 2018. Y aunque las primeras sospechas apuntaban a que sería Vaiana la primera en romper con la línea tradicional mantenida por Disney desde sus comienzos, se especula con que puede ser Elsa, la protagonista de Frozen, la encargada de marcar un antes y un después en la historia del entretenimiento infantil enamorándose de una mujer. Aunque todavía no se ha revelado la identidad oficial del revolucionario personaje, ni el argumento de la trama en la que aparecerá.

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Sin embargo, si algo está claro es que, si nos remontamos a las películas que marcaron nuestra infancia, estudios como el llevado a cabo por las lingüistas Carmen Fought y Karen Eisenhauer, han dejado al descubierto la enorme falta de equilibrio que existe entre hombres y mujeres en ellas. "La conclusión que extraemos de todo esto es que nos han enseñado a pensar que "lo normal" es lo masculino", explicaban las expertas. Sin embargo, largometrajes como Frozen o Brave, ambos escritos por mujeres, han conseguido una mejor puntuación, creando un nuevo referente para las niñas. Mujeres fuertes y seguras de sí mismas que manejan las riendas de la historia.