Amy Adams, mujer camaleón, vecina, monja, amante, esposa, amiga, princesa Disney y explosión de sentidos, cumple 42 años con una carrera a sus espaldas basada en escalar una montaña desde la más absoluta de las bases al respeto y la admiración de Hollywood. Sus cinco nominaciones la convierten en la cuarta actriz más nominada en la historia de los Oscar sin ningún premio –después de Glenn Close, Thelma Ritter e Irene Dunne– y su desinterés por ser una celebridad de tabloide es reconocida constantemente por conseguir esquivar alarmantes y comprometidas preguntas sobre la industria que le da de comer. Nos atiende esta –ficticia– llamada desde las calles de Beverly Hills (Los Ángeles, California), mientras pasea a sus perros Pippy y Sadie. Desde la madrugada de la hora española: “Hola, Amy…”

AMY ADAMS CONTRA RACHEL WEISZ (2006)

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AMY ADAMS: Hola. ¿Qué tal?

HARPER’S BAZAAR: Necesito saber, sin rodeos, qué sentiste cuando los siete minutos en pantalla de Rachel Weisz, en El jardinero fiel, te robaron tu primera opción al Oscar.

AMY ADAMS: Le regalé a mi madre un fin de semana en un spa de Palm Springs que incluía el kit que la Academia regala a todos los nominados. ¿Que si quería más? Te recomiendo que veas mi primera película, Muérete, bonita, donde me libro, literalmente, de la muerte gracias a no ganar el primer premio. El mejor arma para trabajar en Hollywood es la paciencia y sonreír.

HARPER’S BAZAAR: ¿Sabías que Muérete, bonita está basada en un capítulo de Los Simpson, que a su vez es una historia real?

AMY ADAMS: Por supuesto, soy consciente de la importancia de salvaguardar el medio ambiente.

AMY ADAMS CONTRA PENÉLOPE CRUZ (2009)

HARPER’S BAZAAR: Háblame de Penélope Cruz, Amy.

AMY ADAMS: “I grew up in a placed called Colorado”. Hacer de monja frente a Meryl Streep parecía allanarme el camino, pero ni mi publicista hubiese podido imaginar tal frase inmortal. Ella era la ganadora.

HARPER'S BAZAAR: Pero, Amy, ese año te vimos asistir a todos los eventos, incluso en aquella mesa redonda de Hollywood Reporter en la que contaste lo mucho que detestas la esclavitud de las celebridades en Hollywood. ¿No te sentiste ni un poco mal al no ser tu nombre el de ese sobre después de tanto esfuerzo?

AMY ADAMS: No. Yo soy testiga de Jehová y mi religión me prohíbe mentir.

HARPER'S BAZZAR: Oh, Chus Lampreave.

AMY ADAMS: Paso total de vosotras, me aburrís.

HARPER'S BAZAAR: Tu español es muy bueno, Amy. Y veo que te gusta Pedro Almodóvar, podríamos ser amigos. Pero sigamos.

AMY ADAMS CONTRA MELISSA LEO (2011)

HARPER’S BAZAAR: Cuenta la leyenda urbana de 2011 que Melissa Leo se pagó de su propio bolsillo la campaña que Harvey Weinstein no estaba dispuesto a ofrecer.

AMY ADAMS: Mi religión me prohíbe hablar de ello. ¿No crees que la Iglesia me debería dejar entrar con mis mascotas?

HARPER'S BAZAAR: Desde luego, Amy. Pero es el momento de Melissa.

AMY ADAMS: (De repente Amy empieza a tatarear) "I dreamed a dream...".

AMY ADAMS CONTRA ANNE HATHAWAY (2013)

HARPER’S BAZAAR: Oh, vale, genial.

AMY ADAMS: (Al unísono) "...in time gone by”.

HARPER'S BAZAAR: Anne Hathaway en 2013, Amy.

AMY ADAMS: Espectacular, ¿verdad? Sólo sé que mi vestido aquella noche, con aquella larga cola de cisne, era de Óscar de la Renta. Nunca más volví a saber de él.

HARPER'S BAZAAR: Pero...

AMY ADAMS: "Ashley, sujeta a Sadie, por favor" (Amy habla con su publicista). ¡Oh, perdona! ¿Qué decías?

HARPER'S BAZAAR: No, nada. Que, en realidad, me gusta mucho más aquel vestido azul marino tan brillante de 2014, diseñado por la prometida de Mick Jagger L'Wren Scott. Mucho más rompedor.

AMY ADAMS: Gracias, lo elegí yo misma.

AMY ADAMS CONTRA CATE BLANCHETT (2014)

HARPER’S BAZAAR: ¿Cate Blanchett?

AMY ADAMS: La vajilla nunca había sido usada, nadie había dormido entre aquellas sábanas, llamaban al Titanic el barco de los sueños y lo era, realmente lo era.

HARPER’S BAZAAR: ¿Qué dices, Amy DeWitt Bukater?

AMY ADAMS: Jajajaja. Lo has pillado, me alegro. Me encanta recitar diálogos aleatorios de Titanic.

HARPER’S BAZAAR: Yo te podría imitar la escena en la que Rose tira el colgante al océano. Ese gritito contenido es historia del universo, pero, por favor, necesito saber qué pasó realmente aquella noche en la que perdiste contra Cate Blanchett.

AMY ADAMS: Nos hicimos un tatuaje juntas al día siguiente. Cate es maravillosa.

HARPER’S BAZAAR: Tú también. Un beso muy fuerte, Amy. Y por cierto, felicidades por Muérete, bonita. En mi corazón, ese es tu Oscar.

AMY ADAMS: ¡Oh, gracias! (Se escucha un largo pitido. Amy Adams, dueña de cinco nominaciones al Oscar, y de un publicista adicto a esquivar preguntas, da por finalizada la llamada).