– Hace dos siglos, descubrió junto a su hermano William Herschel la NGC 1999 (en la imagen superior), una nebulosa en la constelación de Orión. Frente a la creencia de muchos acerca de la luz que ésta desprendía, los hermanos Herschel dieron explicación a su deslumbramiento: la nebulosa es del llamado tipo reflectorio, similar a la niebla que rodea una farola en una calle. La NGC 1999, que se encuentra próxima a Orión, está situada a 1500 años luz del planeta Tierra aproximadamente.

– La virtud del defecto. Durante su infancia, Herschel enfermó de viruela y tifus, provocándole cicatrices y marcas en el rostro y añadiéndolo complicaciones de crecimiento. Tamaña desgracia fue tomada como tal por su madre, que deseaba ferviente convertirla en esposa sumisa, pero desvió su interés hacia la astronomía, que acabó convirtiéndose en la mayor de sus pasiones.

– Su hermano Frederick William descubrió el planeta Urano en 1781, bautizándolo 'estrella georgiana' como tributo al rey Jorge III de Inglaterra. La hazaña le valdría para convertirse en Astrónomo real, y Caroline en su obediente segunda mano.

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Retrato de Herschel, en 1840. © Getty Images

– Al margen de su célebre NGC 1999, Caroline ya había descubierto el primer cometa de su carrera en agosto de 1786, lo que le valió un salario anual de 50 libras, y la convirtió en la primera astrónoma profesional de la historia. Posteriormente, descubriría un total de ocho cometas más, tres nebulosas y catorce objetos a lo ancho de la galaxia.

– De sus diferentes descubrimientos, uno de ellos residió en conectar las miles de estrellas dobles que observó con el sistema binario de estas, haciéndose con la primera prueba de gravedad fuera de la existencia terrestre.Uno de los cráteres de la Luna lleva su nombre, así como un asteroide, bautizado por su segundo nombre, Lucretia, en 1989.

– Si bien su madre consideraba que una mujer debía dedicarse al hogar –o como mucho, saber leer o escribir con este objetivo–, el padre de Herschel le impartía clases de música y astronomía hasta su muerte en 1762, lo que nutrió aún más el interés cultural de la astrónoma.