Siempre es difícil decidir cuál es el mejor momento para lanzarse a la aventura de la maternidad. Pero más aún si tu carrera pudiese depender de ello. Aunque eso es algo que la deportista profesional y campeona del mundo de vela, Blanca Manchón, no sabía cuando su pareja y ella se animaron a traer al mundo a Noah: "Es un niño muy querido y deseado y eso se nota en el ambiente que le rodea", afirma con ternura.

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Todo ocurrió cuando, terminado el mundial del 2016 en Israel, Manchón descubrió que estaba embarazada: "Era algo que teníamos en mente, era el momento perfecto porque finalizábamos la temporada", explica. Y todo parecía normal tras comunicar la noticia a sus patrocinadores y a la federación española de vela. "Incluso se alegraron mucho con la noticia", añade. Sin embargo, cuando les comentó que en el 2017 iba a incorporarse con normalidad, con la intención de perseguir su objetivo (Tokio 2020), algo comenzó a torcerse. "Se fue acercando la fecha del parto y seguía sin saber si querían renovarme o no. Dí a luz y, semanas después, me dijeron que mi deporte ya no encajaba en su programa de patrocinios o en su marca. De golpe me encontré sin ningún tipo de ayuda para empezar mi temporada", recuerda aún con impotencia la deportista.

Pero la determinación de Blanca Manchón la llevó a transformar este abandono en coraje para salir adelante y volver a la competición por sus propios medios: "Intenté escuchar a mi cuerpo y cuando empecé a recobrar las fuerzas tras el parto me puse a entrenar con un entrenador personal. Primero con los ejercicios de suelo pélvico, hasta que me fui encontrando mejor, poco a poco. Pero a las doce semanas de dar a luz la federación me puso una regata de selección para estar en el equipo de ese año, así que tuve que tirarme al agua y competir. La verdad es que no me lo pusieron nada fácil". Aun así, pudo encontrar el apoyo de la empresa Instituto Español y con él retomar su profesión.

¿Cómo conseguiste conciliar la competición deportiva con la maternidad?

Al principio es un caos. Sobre todo al ser madre primeriza. Desde que nació mi hijo, ha venido conmigo a todas partes. Gracias a los abuelos, y a mi marido, hemos podido viajar juntos durante este año, sin tener que despegarme de él.

Mis entrenamientos pueden ser tanto en casa como en el gimnasio. En casa entreno unas 4 horas al día, y se lo suelo llevar a los abuelos. Cuando termino, voy a por él, comemos juntos y dormimos una siesta conjunta, hasta que toca volver a entrenar por la tarde. Entonces, o bien se viene conmigo, o vuelve con los abuelos. Como mi marido es mi entrenador personal, todo queda en familia y es mucho más fácil. Por lo menos para mí.

Cuando me toca viajar por alguna competición, suelo ir yo primero con el equipo nacional y dos o tres días antes de competir llegan mi marido y Noah para acompañarme y ayudarme a desconectar de todo. Me gusta que formen parte de mi vida, y compartirla con ellos. Es muy duro, pero a la vez es algo que jamás olvidaré.

Y tras todas las dificultades, ¿qué ha significado para ti ser madre?

Un gran cambio, muy deseado, y una madurez que necesitaba tener. Somos una familia muy feliz y cada día es una aventura. El pobre Noah cada vez que se queda dormido nunca sabe donde se levantará. Todo lo que cuentan sobre la maternidad es un mito, cada una la vive de una forma diferente y lo que tú creas y sientas como madre que es lo mejor en cada momento será la decisión mejor tomada del mundo.

Si ser madre no es el problema, ¿qué es lo que nos falta por mejorar en lo que respecta a la igualdad en el deporte?

Ser conscientes de que estamos en el 2017 ,y que una mujer deportista no es una deportista acabada. En otros países, una deportista embarazada es portada de revista. E incluso una referencia. Sin embargo, aquí deben anularse las cláusulas anti-embarazo que existen en los deportes de equipo femeninos, ya que 9 meses es lo que tarda un futbolista masculino en recuperarse cuando, por ejemplo, se rompe el ligamento cruzado de la rodilla. Animo a todas las chicas deportistas a que demuestren con hechos que sí se puede, con el hashtag #mamadeportistaSI.