En el imaginario colectivo persiste la imagen de destroza-hogares de Jolie. Ella fue la malvada, la pérfida que se interpuso en el matrimonio pluscuamperfecto entre Brad Pitt y Jennifer Aniston. Para todos siempre será la seductora que le hizo daño a Rachel (sí, en nuestro cerebro no es Jennifer, es la Rachel de Friends hasta la muerte), que usó sus armas de niñata (29 años en forma de bomba sexual) para robarle el chico a nuestra rubia pizpireta. Qué tía más mala… O no.

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Porque ¿por qué nunca hablamos de Brad (el infiel)? Él es experto en saltar de una pareja a otra, mimetizándose con su estilo, como absorbiendo su esencia y aprendiendo. Cuando estuvo con Juliette Lewis cultivó la imagen de despreocupado y grunge.

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Con la reina del sinsal por excelencia, Gwyneth Paltrow, se identificó hasta el punto de vestir y llevar el mismo corte de pelo, que daba grima verlos juntos.

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En los tiempos de la lozana Jennifer, componían el summun del matrimonio californiano: guapos, rubios, jóvenes y exitosos. Tan perfectos que lo mismo aburrían.

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Con Angelina parecía haber madurado, padre amantísimo, activista implicado en numerosas causas humanitarias… Se puso serio. Lo mismo fue demasiada seriedad para alguien a quien las malas lenguas tachan de ser bastante simple. Y Angelina, eso no hay quien lo niegue, es intensa e inteligente. Ya en el año 2015 ocupaba el puesto 54 en la lista Forbes de las mujeres más poderosas del mundo. Desde el rodaje del film Tom Raider, en Camboya, se unió a ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados), siendo nombrada en el año 2001 como Embajadora de Buena Voluntad por esta misma entidad. Ha utilizado su imagen pública para concienciar sobre los problemas de los refugiados. Ha creado campañas para apoyar a las víctimas de abusos sexuales en zonas de guerra. Ha participado en el Foro Económico Mundial de Davos en 2005 y 2006. Tiene varias fundaciones de ayuda a refugiados, para preservar zonas protegidas en Camboya... Una enorme labor filantrópica que ha compartido con Pitt.

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¿Demasiado? Es posible, pero da la impresión que durante estos años Brad ha sido más Brad y menos un reflejo de su pareja del momento. Hasta sus papeles en el cine parecen tener algo más de fondo y no ser tan "el chulazo de la peli".


"Es el karma", suena como un mantra en todos los corrillos y redacciones. "Es el karma", es el comentario que le atribuye una fuente cercana a la propia Jennifer Aniston. El caso es que habrá que ver contra quién va ese supuesto karma, si contra Pitt o contra Jolie. En el caso de Angelina, no podrá decir que no sabía lo que compraba, pero no olvidemos que cuando comenzaron su relación era él el que estaba casado, aunque toda la culpa de la infidelidad se le siga atribuyendo a ella.

Un divorcio después de más de una década y seis hijos no es un fracaso. Es lamentable que divorcio se asocie a fracaso. Sería comprensible si nos refiriéramos a uno de esos matrimonios relámpago en Las Vegas, que dura unas horas porque una vez disipados los vapores del alcohol ambas partes se dan cuenta de su error. ESO es un fracaso. Pero crecer junto a otra persona durante más de una década y construir una familia no lo es. Es toda una odisea.

Doce años suponen una evolución enorme en tu personalidad. Transcurridos esos años no eres la misma persona, ni te satisfacen las mismas cosas, ni puede que sigas enamorado de tu pareja, y eso no tiene por qué ser terrible ni (demasiado) traumático, si entendemos que la vida se comprende de etapas, de inicios y finales constantes.

Aunque todo esto suena muy bonito y muy civilizado puesto en palabras. Ahora habrá que ponerlo en hechos, más bien en papeles de divorcio, y este se prevee caro (400 millones se calcula que es el patrimonio conjunto), sonado (desde el minuto uno en todos los medios), con montones de trapos sucios (se rumorea una infidelidad con Marion Cotillard) y, tristemente, con seis niños expuestos a una presión mediática mayor que la que ya tienen.

Y aquí seguimos, expectantes, esperando la carnaza y haciendo conjeturas: ¿se quitará por fin de una vez Angelina el sambenito de robamaridos? ¿dejaremos de considerarla la mala de la película? ¿Pararemos alguna vez de preguntarle a Jennifer por Brad Pitt? En mi opinión a Angelina hace mucho que dejó de importarle cómo la llamen. Y Jennifer tiene un marido que está… perdón... es estupendo (Justin Theroux), está encantada de la vida, y todo esto le tiene que hacer la gracia justa. Dudo mucho que realmente se alegre de la ruptura de una pareja. Eso la convertiría en una bruja como Maléfica, y nuestra Rachel NUNCA será una bruja… tiene demasiado buen pelo.

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En cuanto a Brad... eso es harina de otro costal. No nos olvidemos que el actor supera la cincuentena (52 años, concretamente), y aunque su personaje en El curioso caso de Benjamin Button rejuvenece en vez de envejecer, lo suyo no va en la misma dirección, él comienza a parecerse a una señora. Tanto es así que unas fotos durante el rodaje de Allied levantaron las sospechas sobre si había utilizado la cirugía estética para parecer un poco más joven. El tiempo pasa inexorable, querido, para todos... O quién sabe, lo mismo es EL KARMA.