7 H. Suena el despertador de mi marido [el diseñador de accesorios Jérôme Dreyfuss], aunque casi no lo necesitamos, porque tenemos temporizadores internos. Lo primero que hago es hervir agua para hacer té. Últimamente tomo chai con leche de arroz. A veces me apetece café, mis gustos son tan variables... No soy muy leal.

7.10 H. Despierto a mi hijo Tal, de 11 años, y escojo su ropa. Si fuera por él, solo vestiría con pantalones de chándal. Le gustan las sudaderas de mi colaboración con H&M y se queda con los jerséis de mi marido cuando encogen; tiene como cien de Comme Des Garçons con el pequeño logo del corazón.

7.15 H. Siempre visto lo mismo porque durante el día me pruebo al menos 10 o 15 veces la ropa de mi colección (tengo un modelo para comprobar el ajuste, pero me gusta ponerme las prendas antes): zapatos planos, vaqueros ajustados, suéter de cachemir, chaqueta y un bolso de piel y ante de una colección anterior donde guardo lápiz de labios rojo (siempre de Chanel), rímel L’Oréal Million Lashes y muestras de crema facial y perfume Chanel Nº 19.

7.30 H. De lunes a viernes voy en mi moto a la piscina de St. Germain. Lo necesito para respirar y soportar los días de estrés. Es una piscina de principios del siglo XX y me encanta porque hay cabinas privadas, no tienes que usar los vestuarios. Llevo un traje de baño entero Adidas y, a menudo, utilizo unas pequeñas aletas. Hago unos 35 largos.

8.30 H. No suelo ducharme en casa, sino en la piscina. Me lavo con jabón de lavanda de Weleda y, para el pelo, champú y aceite capilar Moroccanoil porque el cloro me lo reseca. Siempre me hago moños altos: no tengo un cabello muy bonito, es demasiado fno y no me siento cómoda con él en el rostro. Y luego están mis canas, que no me tiño. No tengo tiempo de ir a la peluquería... Y me da miedo de dejar de ser yo misma si lo hiciera...

8.40 H. Me detengo en un bar de zumos y pido uno de zanahoria y jengibre, lo mejor para un buen bronceado.

8.45 H. Al llegar a la ofcina tomo un café solo, tipo americano, no espresso. Es más bien una gran taza de café aguado, nada francés. Reviso mi email y correo postal, organizo la agenda y las peticiones de entrevistas y respondo a las preguntas de mi equipo. 10 H. Comienzo a trabajar en mis diseños y en los ajustes. Mi estudio es un gran espacio abierto con techos altos. Llevamos mucho tiempo trabajando juntos, así que el ambiente es muy tranquillo y acogedor.

10 H. Comienzo a trabajar en mis diseños y en los ajustes. Mi estudio es un gran espacio abierto con techos altos. Llevamos mucho tiempo trabajando juntos, así que el ambiente es muy tranquillo y acogedor.

13 H. Todos se van a comer, pero yo habitualmente tengo citas o entrevistas. Si no es así, me quedo en el despacho y pido que me lleven comida: yakitori o sándwiches o cocina china; a veces una baguette con jamón y mantequilla. Y más café. Creo que tomo como cuatro al día, todos aguados. No tardo más de 15 minutos, después me dedico a investigar o elegir colores. Siempre me rodea mucha gente, así que necesito estar sola y reiniciar mi mente.

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14 H. Mi equipo de diseño regresa y empezamos de nuevo con los ajustes y patrones. Siempre visto vaqueros ajustados o leggings de piel porque me paso el día de rodillas poniendo alfleres, así que no voy a llevar un vestido bonito. Y tengo que decir que bebo mucha agua, mucha Perrier. Por la tarde, después de mi cuarto café, es lo que me apetece. Lío mis propios cigarrillos para fumar menos, pero aún así no lo consigo.

19 H. Pongo música cuando todos se han ido. Me gustan Yeah Yeah Yeahs, Lou Doillon, PJ Harvey, Arcade Fire y Arctic Monkeys, o a lo mejor escucho rap de la vieja escuela, como Run DMC. Si estoy sola, subo el volumen, me gusta la energía. Cuando trabajo no suelo tener hambre porque estoy en una vorágine. Y tampoco me apetece demasiado cuando estoy estresada. No es un buen hábito, pero a veces no pruebo bocado hasta la noche.

20 H. Tanto mi marido como yo intentamos llegar pronto a casa para estar con nuestro hijo. Martes y jueves son los días en los que le ayudo con los deberes y ceno con él, algo que nunca hago con mi esposo hasta el viernes. Adoro cocinar, aunque es la niñera la que prepara las recetas que le he enseñado. Me gustan las cosas de calidad y sencillas: una ensalada con carne, pescado o pollo. En invierno, sopa de verduras y remolachas, repollo... La zanahoria tampoco suele faltar. A ninguno nos entusiasman los postres y solo me tomo una copa los fnes de semana. Vivimos en un loft de techos altos, minimalista pero acogedor. Me gusta tener las cosas adecuadas, pero no demasiadas. Nos encantan los diseñadores de los años cincuenta, tanto estadounidenses como franceses (los Eames, Charlotte Perriand y Jean Prouvé) y colecciono muñecas kachina antiguas de los nativos americanos que compro en mercadillos y galerías de arte.

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Carrusel de su último desfile, en marzo de 2015.

22 H. Acuesto a Tal y leemos los libros que le mandan en el colegio. Cuando por fn aparece mi marido, charlamos y vemos la tele, siempre el mismo programa de noticias, me ayuda a desconectar. Solo leo los periódicos los fnes de semana: Le Monde y Courier International. Y raramente abro un libro porque estoy demasiado cansada. Me gustan [Haruki] Murakami, los textos de sociedad y economía, y también sobre arquitectura y arte. No soy de redes sociales ni de Internet, no se me dan nada bien. Prefero trastear con nuestra gata, Marge. El nombre se lo puso mi hijo, por Marge Simpson. Adora a mi marido, a mí no tanto... Tal también tiene dos peces. Marge y los peces se llevan estupendamente, es muy divertido: a ella le chifa beberse el agua de la pecera y ellos suben y casi le besan el hocico. Nos gusta tanto la naturaleza que solemos pasar los fnes de semana en nuestra cabaña del bosque cuando no hace demasiado frío, que no tiene ni electricidad ni agua. A los invitados les reservamos una enorme tienda militar. Ya no uso coche en París, solo un viejo Volkswagen que dejo en la estación de tren del pueblo. Cuando vienen los amigos hacemos barbacoas y como está cerca de un río vamos mucho a nadar, a remar en kayak, jugar al bádminton y saltar desde el trampolín. Hay muchos animales salvajes por allí: ciervos, zorros y jabalíes que nos estropean el jardín. Adoro la jardinería y, a menudo, intercambio plantas con mi familia. También me gusta soldar, acabamos de comprar un sitio nuevo que tendrá un taller donde podré hacer cerámicas y muebles. Si nos quedamos en París, vamos a galerías de arte y mercadillos y tomamos el brunch y cenamos con amigos. Para el cine me cuesta encontrar tiempo, eso sí. Me encantan Jim Jarmusch, Wim Wenders y Fellini.

23 H. Comer mucho hace que me calme al fnal de la jornada, me llena el estómago y caigo redonda. Viendo tonterías en televisión me quedo dormida como si nada; si no fuese por eso, mi cerebro no pararía de darle vueltas a todo. Puedo ver algo como La voz, programas de telerrealidad o un buen documental. Duermo en sábanas de colores y yo misma hice la mesa y unas pocas cajas de madera que hay en mi habitación.

24 H. Mi hijo suele querer que la gata duerma con él, pero por la mañana Marge viene a nuestra habitación y empieza a mordisquear a mi marido. Casi siempre duermo como un bebé, pero cuando estoy en tensión por la colección me despierto en mitad de la noche. Me calmo pensando en lo afortunada que soy por tener a mi adorable marido y mi adorado hijo. No tengo nada de lo que quejarme.