Oud, el ingrediente estrella de la nueva perfumería
Oud significa madera en árabe, aunque es algo más que una trozo de árbol. Se conoce como el oro negro de los perfumistas y supone uno de esos ingredientes carísimos reservado a la industria del lujo. Está de moda y tiene una bonita historia. Conoce el ingrediente del que presumen las mejores fragancias del mundo.
Si eres über-fan de la mimosa o sólo te identificas con las colonias que huelen a limpio, no sigas leyendo. Esta tendencia perfumística, que procede de los parajes más exóticos de la ruta de la Seda, no está hecha para ti. El oud es fuerte, oscuro, almizclado, opaco. Los expertos le atribuyen un acorde animal. ¿Sensual? Más bien sexual. Digo esto perfectamente consciente de que donde realmente triunfa y siempre ha triunfado esta madera es en Oriente Medio. Europa acaba de enterarse de su existencia y, rápidamente, lo ha llevado a Grasse y otros centros neurálgicos de la perfumería. En Europa, el pistoletazo de salida lo dio la marca de perfumería Montale. Detrás fueron Maison Francis Kurkdjian, Dior, ByTerry, Juliette has a gun, Byredo, M.Micallef, Amouage, Kilian… No hay marca nicho que no tenga uno, cuando no dos, tres y hasta cuatro ouds en su portfolio. Está claro que está arrasando, como lo hizo en su día el ámbar, la rosa o el nerolí. En los últimos informes del grupo de investigación NDP que han hablado de esta nueva moda (nueva en Occidente), ya se dice que en 2013 las ventas de oud suponían un 68% del valor total del mercado de fragancias llamadas prestige (valorado en 3 millones de dólares).
Pero volvamos al principio.
¿Qué es el oud?
Podría empezar diciendo que es una de las materias primas más caras de la industria de la belleza. Pero entonces me diríais que lo mismo dije del absoluto de rosa damascena o de la rizoma del iris. Y sería verdad. Así que para no caer en el tópico, empezaré mejor explicando que el oud (también conocido como ‘aoud’ y, en inglés, ‘agarwood’) es una madera procedente del sudeste asiático. Se extrae de un árbol llamado Agar. Cuando este árbol se infecta con determinado hongo, produce una resina deliciosamente perfumada y de color oscuro. Esto es lo que se conoce como oud, tanto la resina como el aceite esencial que se extrae de ella y que es lo que se emplea en los talleres alquimistas de los narices.
Ahora bien, que sea un material rico y se emplee en alta perfumería no quiere decir que cualquier perfume con oud sea una joya. Existen en el mercado distintos grados de calidad. Lo comprobarás si viajas a Emiratos Árabes, a Marruecos, a Pakistan… Allí encontrarás perfumes con este raro ingrediente por 100 euros y también por 10. Esto se explica porque sólo un 2% escaso de los árboles de la especie Agar producen oud. De ellos, sólo es de alta calidad el de los árboles más longevos, a su vez bastante escasos. Según la revista International Journal of Pharmaceutical and Life Sciences, el aceite esencial de oud puede llegar a costar más de 25.000 euros, dependiendo de su grado de pureza. En cuanto a su sostenibilidad, los expertos de Dyptique explican: "Este árbol se encuentra actualmente amenazado de extinción por tala incontrolada. El que utilizamos en Dyptique procede de plantaciones laosianas en las que los troncos se inoculan manualmente, y proviene de una organización respetuosa con el medioambiente y los trabajadores. Es necesario esperar una media de seis años para que la resina pueda explotarse".
El aroma del oud no es fácil de describir. Huele a madera y a dulce. Es una fragancia única, con vocación unisex y no está pensado para discretos. ¿Lo mejor? Probarlo. Elige tu fragancia con oud:
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