La mascarilla facial que estás viendo por todas partes
Hemos descubierto por qué las celebrities presumen de #selfies que nos recuerdan al Fantasma de la Ópera.
Como si del mismísimo Michael Myers se tratase, las celebrities vienen aterrorizando a las redes sociales desde hace unas semanas a base de colgar selfies con máscaras blancas. Tanto Alexa Chung, como Karlie Kloss son algunas de las que parece que están celebrando Halloween en vez de estar utilizando un producto de belleza. Porque por mucho que nos recuerden a Elena Anaya en La piel que habito o a Jason de Viernes 13, lo único que están haciendo, de forma un tanto siniestra, es cuidar su piel. Así que, sustos a un lado, tomemos nota.
Hay que reconocer que tienen un formato un poco macabro, pero así son las mascarillas faciales de celulosa. No son un producto nuevo, mucho menos en los mercados japoneses y coreanos de donde proceden (otra vez, Asia a la vanguardia de la belleza), pero parece ser que vuelven con ganas de quedarse. Los nuevos formatos monodosis comercializados para poder ser utilizados en casa, hacen que podamos experimentar un rato de relax y sensación de lujo sin necesidad de acudir a un centro de belleza. Pero antes de lanzarte a montar el spa en el sofá y subir tu propio #selfiesheetmask, ten en cuenta todas sus ventajas:
- Son muy fáciles de utilizar: Ya vienen adaptadas a las facciones de la cara y empapadas en producto, por lo que lo único que tienes que hacer es extenderlas sobre el rostro, relajarte y dejarlas actuar el tiempo que marcado.
- Parece que funcionan: Suelen incluir activos más potentes y concentrados, como los de los sérums. Por ello, para sacarles todo el jugo y aprovechar los beneficios al máximo, lo ideal sería limpiar bien antes la piel, e incluso realizar una ligera exfoliación.
- Se aprovecha hasta la última gota: Una vez retirada la mascarilla, no se retira el producto sobrante como sí ocurre con las clásicas mascarillas de crema o barro. Lo que se debe hacer es masajear la piel hasta que el producto es completamente absorbido.
- Pero no reemplazan a las mascarillas tradicionales: Un beneficio que tienen las mascarillas de crema o barro frente a éstas es que también exfolian y limpian la piel, algo que no hacen las mascarillas de celulosa.
- Y tampoco reemplazan a tu sérum: Las mascarillas son más un gesto de lujo y relax, incluso un tratamiento flash si tienes que ir a una fiesta, o una cura exprés si tu piel necesita una bomba de hidratación después de la playa, pero no son de uso diario debido sobre todo al tiempo que lleva usarlas. Por ello, ni tu sérum específico ni tu hidratante son sustituibles. ¿Lo mejor? Usarlas una vez a la semana, en esa ratito en el que sabes que nadie te va a molestar.
- Son súper hidratantes: Aunque se presentan con diferentes beneficios (iluminar, dar energía a la piel, efecto lifting, etc.), todas coinciden en aportar una buena dosis de hidratación. Esto se debe a que los activos se encuentran suspendidos en una fórmula con altos niveles de agua. Sumado al hecho de “tapar” la piel, hace que se evapore menos producto y, por consiguiente, se retenga más agua.
- Son perfectas para el equipaje de mano en viajes largos: Si vas a sufrir jet lag estas vacaciones, mete una de éstas en tu equipaje de mano para que al menos no se te note en la piel. Su formato hace que sean mucho más cómodas de transportar que una hidratante al uso, vas a aprovechar todo el producto y bajarás del avión radiante. ¿Te da vergüenza que los demás pasajeros te vean con una mascarilla puesta? Piensa que ya se han visto cosas mucho peores en un avión...
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