Flotar significa sentir la total ingravidez. Ese sueño, largamente acariciado por el ser humano en general (y también por el estresado en particular), puede hacerse realidad con el cambio de un único concepto: la densidad del agua. Si aumentamos ésta y se regula a la misma temperatura del cuerpo (37 grados), se consigue flotar. Y flotando se aísla uno hasta en un 90% de los estímulos sensoriales externos habituales, con lo que baja la actividad mental y se adormecen todas las sensaciones del cuerpo. Esto es posible en los flotariums, tanto en forma de pequeños tanques cerrados como en baños o piscinas de sal.

Sumergido en este tipo de agua mezclada con sulfato de magnesio (sal Epson), que simula las condiciones del Mar Muerto, el cuerpo flota por si sólo, sin tener que hacer ningún tipo de esfuerzo. Además de ser una experiencia única, cuando menos, curiosa, los beneficios de flotar son múltiples. El más inmediato es sin lugar a duda la total relajación. Dicen todos los expertos que lo recomiendan que pasar de veinte minutos a media hora en un flotarium equivale a seis horas de sueño profundo. Además, tiene numerosos beneficios a medio plazo que no son nada desdeñables.

Los beneficios de flotar

  • Facilita un estado de profunda relajación física, nerviosa y mental.
  • Contribuye en la reducción del estrés.
  • Alivia la tensión muscular.
  • Calma el ritmo cardiaco.
  • Ayuda a combatir el insomnio.
  • Alinea el ritmo respiratorio.
  • Alivia los dolores premenstruales, la fatiga y algunos dolores crónicos como las migrañas o los derivados del asma.
  • Indirectamente mejora la circulación sanguínea, linfática, el metabolismo y la concentración, entre otros.

    Sin embargo, entre sus inconvenientes podríamos encontrar que no a todo el mundo le gusta mojarse en cualquier momento del año y que está contraindicado, por ejemplo, si tienes mal los oídos o alguna herida, incluso la piel recién depilada.

    luxury swimming pool in a spa with skylight
    Tomas Rodriguez//Getty Images

    Flotar en seco

    Sí, también se puede flotar sorteando los inconvenientes del medio acuoso. Por ejemplo, puedes pasar un ratito en el Nuvola, equipo estrella del Kirei Institute de Germaine de Capuccini (Madrid), una cama de flotación a 37 grados de temperatura que también provoca sensación de ingravidez. Aseguran desde la firma que veinte minutos de sesión equivalen ¡a ocho horas de sueño! En el Hotel Healthouse Las Dunas, en Málaga, también hay flotarium en seco. Éste simula estar en el vientre materno. Aseguran que entre otros beneficios, ayuda a combatir el jet lag.

    Las direcciones que recomendamos

    En muchos circuitos termales de balnearios por todo el país podemos dar con piscinas o bañeras de agua salada. También hay centros como Flotexperience (en Las Tablas, Madrid) que se dedican en exclusiva a poner a la gente a flotar. Desde Harper's Bazaar hemos seleccionado los siguientes espacios. Te recomendamos que los pruebes tu misma y disfrutes de la experiencia dejándote llevar: