La cosmética que vino del frío
Los países del norte y el este de Europa se descubren ante la comunidad de beauty victims como grandes exportadores de belleza. Ingredientes potentes para la piel y que respetan la Naturaleza son su punto fuerte.
Por poca cultura cosmética y/o televisiva que tengas, seguro que recuerdas ese anuncio en el que aparecía un pescador noruego cuyas manos resistían el frío y otras contrariedades derivadas de su duro quehacer gracias a una fórmula entubada por Neutrogena. Tras aquel ungüento, todavía hoy súper-ventas cuarenta años después, han surgido variadas marcas que han demostrado que la cosmética que viene del frío -siempre y cuando use ingredientes autóctonos- se sostiene sobre una idea fácil de entender: los adaptógenos y unas mentes preparadas para explotarlos correctamente. De esta forma, estupendas firmas de cosmética nicho triunfan gracias al empeño de emprendedores en búsqueda de productos muy eficaces que respetaran al máximo la piel y el medio ambiente. La apuesta les ha salido bien, a juzgar por el reconocimiento que van logrando. Con diez años en el mercado, por ejemplo, la marca letona Mádara ya se vende en 25 países y su creadora, Lotte Tisenkopfa-Iltnere, es la emprendedora más exitosa de Letonia según la revista Forbes. Pero, además de Letonia, están Estonia y Lituania. Allí también proliferan cosméticos veganos o, al menos, respetuosos con el medio ambiente, de gran atractivo para la consumidora ávida de novedades. Ocurre lo mismo en las vecinas Siberia y Polonia. En el caso de esta última, destaca Glov. Esta marca pertenece a una empresa, Phenicoptere, que ganó el premio a la Mejor Start-Up de 2013 en su país. Su objetivo desde 2011 es promover el uso de las microfibras en la industria de la belleza. Con su producto, un guante que logra desmaquillar perfectamente el rostro con sólo agua, pretende limitar el uso de cosméticos y, a la vez, hacerlo de forma ecológica. La poliamida y el poliéster de los que está hecho, logran absorber agua y sebo respectivamente, por lo que limpia la piel manteniendo su barrera hidrolipídica natural. Así, la sensación que deja tras eliminar maquillaje, suciedad y bacterias es la de una piel hidratada.
¿Por qué es mejor si viene del frio?
Las plantas utilizadas por estas marcas son especialmente eficaces, potentes y resistentes porque crecen en un clima extremo, cerca del Mar Báltico. "Durante siglos, el clima inestable y áspero del Norte de Europa con sus duros inviernos, los largos otoños y primaveras y sus cortos veranos, ha generado un desarrollo único de plantas. Acostumbradas a vivir bajo climas de gran dureza, toman su sorbo de sol cada vez que sus rayos asoman, concentrando así una cantidad única de sustancias activas que se utilizan para crear potentes y eficaces bases cosméticas", explican desde Mádara. A esto se une que, en general, los países del norte y este de Europa pueden presumir de una cultura donde el trabajo de laboratorio es altamente cualificado. La fórmula del éxito es clara: unir esa riqueza de la naturaleza con desarrollos científicos rigurosos. No en vano en esos países hay marcas líderes y pioneras en el desarrollo de cosmética vegana, concepto que a veces se usa a la ligera. Hablábamos de Letonia. Pero desde Estonia y Lituania también llegan noticias. Stenders, Joik y Uogo-Uogo son tres buenos ejemplos. Alicia, dueña de la tienda nicho Attariat, nos cuenta la bonita historia detrás del origen de Joik. Natural de Estonia, todo surge en 2005 cuando su fundadora, Eva-Maria, descubrió las posibilidades de la cera de soja. "Estaba buscando velas aromatizadas de alta calidad; no le gustaban las realizadas con parafinas y los aromas tampoco. Encontró una alternativa en la cera de soja y decidió fabricarlas ella misma. Fue todo un éxito entre amigos y familiares así que empezó a venderlas a tiendas de diseño del casco histórico de Tallin. Y así fue como un hobby se convirtió en un negocio". Hoy, la filosofía de Joik se basa en fabricar productos efectivos, honestos, tan naturales como sea posibles. Todos sus productos están realizados en pequeños lotes en Tallin combinando la fabricación tradicional sobre como usar las plantas para que sean beneficiosas para nuestra salud, con la investigación y las nuevas tecnologías. Solo usan los ingredientes de más alta calidad a ser posible procedentes de su Estonia natal.
Islandia existe
Caso aparte es el de la marca Bioeffect, donde la innovación tecnológica ha pasado el siguiente nivel. Su historia comenzó en 2001, cuando tres científicos en fundaron una compañía biotecnológica. Su objetivo era utilizar la cebada para producir activadores celulares similares al humano para la investigación médica y la medicina. La cebada fue la planta elegida por su facilidad para producir y proteger las proteínas en sus semillas y por su sistema biológico aislado. En 2010 lanzaron el que hoy es un producto de culto, el EGF Serum, primer producto de cuidado para la piel que contiene activadores celulares producidos en plantas. Es apreciado en todo el mundo por su capacidad de desencadenar la renovación celular, ayudar en la curación de las heridas e iniciar la producción de colágeno y elastina. Lo bonito de su formulación, en la famosa greenhouse, es que los activadores celulares son naturalmente concebidos en semillas de cebada, estas semillas se cultivan en piedra pómez volcánica y son regadas con agua pura de manantial, utilizando además, energía volcánica subterránea para iluminar y caldear. Como de cuento pero que hace por la flacidez, arrugas y deshidratación lo que no te puedes imaginar.
Por último, viajamos a Siberia. Allí se fabrica una marca de cosmética orgánica llamada Natura Siberica que hace poco ha aterrizado en Barcelona con su concept store. Como tantas firmas veganas que consiguen buenos resultados, es una bomba en Internet, donde los mejores sites se la rifan por sus buenos precios y el atractivo innegable de sus productos. El día a día en Natura Siberica también es bonito de contar: la recolección de las plantas utilizadas se realiza manualmente por los nativos consiguiendo así́ mantener todas sus cualidades y respetando siempre los ciclos de cultivo naturales de cada especie. Todos sus procesos de producción están supervisados por el Instituto para la Certificación Ética y Ambiental (ICEA). Y no creas que es una marca desconocida o de venta residual. A día de hoy se distribuye en más de 1.500 puntos de venta donde se venden unas 27.000 unidades al día alrededor del mundo. En España puedes encontrar hasta 220 referencias de cremas, mascarillas, exfoliantes, sueros, cuidado corporal basado en la tradición del baño ruso, productos para el cabello, una línea específica para niños y bebés, y otra para hombres.
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