Hollywood se rindió a las agujas y las cánulas y es hora de reflexionar. No todos los rellenos faciales quedan bien. "Sólo es una buena solución a arrugas o descolgamiento si su material es no alergénico, si no se mueve, si produce una inflamación mínima, si es reproducible, duradero, estable, asequible, su administración no duele, y la recuperación que exige es mínima", explica la Dra. Marisa Tirado, dermatóloga de Castellón y miembro de la AEDV. Esto se puede hacer con determinados materiales como grasa propia, colágeno, ácido hialurónico, hidroxipatita cálcica, ácido poliláctico, entre otros. El problema es que cada rostro exige un abordaje, no todos los problemas estéticos se arreglan injertando... No hay más que echar un vistazo en Google para darse cuenta de los desastres que se han cometido aguja en ristre. De ahí que muchos cirujanos preconicen un repunte del lifting como método más seguro para el rejuvenecimiento facial. Aunque para meterse en un quirófano hay que tener disposición y presupuesto. No todas las mujeres se inclinan por esta opción intervencionista, pero les da miedo el resultado de esos rellenos administrados en ocasiones por manos no demasiado expertas. Para todas ellas, acaba de descubrirse una solución natural de recolocación de facciones que empieza a ponerse de moda y de lo que pronto escucharás hablar en todas partes: el lifting japonés. Es biotecnológico y 100% manual. A base de masajes inspirados en técnicas japonesas, tonifica intensamente la musculatura, redefine el óvalo facial y recoloca las facciones. Se conoce como masaje kobido y es bastante efectivo para mantener un rostro turgente.

MASAJE DE LA FAMILIA IMPERIAL
Según cuentan Laboratorios Phergal, el kobido o el “antiguo camino de la belleza” es un masaje milenario que estuvo reservado durante siglos exclusivamente a la familia imperial y miembros de la realeza japonesa, desde que en 1472 la Emperatriz de Japón lo solicitase para mantener su juventud y belleza intactas. A diferencia de cualquier otro masaje facial, no sólo se centra en trabajar la superficie de la cara, sino que va más allá, estimulando los músculos subcutáneos y puntos neurosensoriales con técnicas de acupresión, aportando juventud y luminosidad al rostro. Para mantener y duplicar su efecto, se aconseja combinarlo con buen tratamiento cosmecéutico. La marca francesa de cosmecéutica Matriskin ha desarollado un protocolo completo, que estará en exclusiva en el centro TACHA de Castellana. A la técnica ancestral le añaden un drenaje linfático profundo, marca de la casa francesa.

Para conseguir ese efecto como de haberte estirado, y sólo con las manos y activos reafirmantes, tonifica la musculatura facial, eleva las facciones, redefine el óvalo y difumina los surcos alrededor de la boca (nasogenianos) y las arrugas que salen del labio inferior a la barbilla (líneas de marioneta). Con el masaje buscan generar calor desde el interior de los tejidos para potenciar la formación natural de colágeno y retensar las estructuras faciales sólo con las manos; descontracturar los músculos del rostro, ‘recolocándolos’ y promoviendo su elevación o favorecer la correcta nutrición celular y la eliminación de toxinas, aportando una apariencia de limpieza, tersura y nutrición intensa a la piel. En el protocolo de Matriskin que se ofrece en TACHA se emplean hasta nueve cosmecéuticos de categoría profesional a lo largo del ritual que gracias a su forma de vehiculización especial, penetran a capas profundas de la piel. El tratamiento dura una hora y cuesta 150€.