Las hemos visto brillar en Instagram Stories, nos han enseñado cómo se aplican, han publicado decenas de imágenes del antes, el durante y el después y hemos podido ser partícipes de cientos de vídeos protagonizados por ellas, las mascarillas faciales de oro que no se quitan las modelos e influencers. Y, cada vez que las vemos, nos viene la misma pregunta a la cabeza ¿oro para la piel? ¿de verdad es necesario? ¿es un capricho más de las celebrities o verdaderamente son tan buenas como dicen?

Hemos leído tanto a cerca de los trucos más excéntricos de belleza que han llevado a cabo las celebrities (mascarillas de caviar, babosas para limpiar la sangre) que cualquier tratamiento cosmético, por lujoso que parezca, ha perdido credibilidad. Todo nos parece una absoluta excentricidad de famosas que no saben en qué gastarse el dinero.O eso es lo que pensábamos hasta la llegada de las famosas mascarillas de oro, que todas se aplican casi semanalmente y que han vuelto a despertar nuestra curiosidad por la cosmética de lujo.

Entre las aficionadas a este capricho beauty destacan supermodelos como Irina Shayk, influencers como Chiara Ferragni, y todo el elenco de Victoria’s Secret, incluidas Sara Sampaio, Taylor Hill, Elsa Hosk o Cindy Bruna. Y, claro, viendo a estas mujeres con una piel perfecta aplicándose las máscaras faciales constantemente, es inevitable plantearnos que puede que esto sí funcione.

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Para entender el fenómeno de las mascarillas faciales de oro es importante saber de dónde vienen. La culpable es Mimi Luzon, una de las facialistas más prestigiosas del mundo y en cuyas manos confían sus rostros las supermodelos mencionadas anteriormente. Pero si bien el cuidado de estas caras millonarias ha otorgado caché a la dermatóloga, ha sido el lanzamiento de las máscaras de oro y plata lo que le ha hecho dar la vuelta al mundo (al menos, en el universo virtual).

Mimi Luzon lleva treinta años como facialista y es conocida en el mundillo celebrity por haber trabajado con algunos de los rostros más poderosos de la industria. Ahora, ha desarrollado su propia línea de productos, que vende bajo su propia marca y definidos como “tratamientos de alto rendimiento que combinan productos ricos en ingredientes activos con tecnologías de vanguardia, para asegurar resultados satisfactorios en todo tipo de pieles”. Y, entre estos productos cosméticos innovadores y vanguardistas, el hit número uno son las mascarillas de oro y plata, popularizadas en Instagram gracias a Irina Shayk, Chiara Ferragni y compañía y cuyos resultados parecen marcar un antes y un después en el mundo de la cosmética de lujo.

Pero, ¿qué hacen exactamente las mascarillas de oro en la piel? Para conocer los verdaderos efectos de este tratamiento no hemos tenido que recurrir a la propia Mimi Luzon ya que, ahora, se comercializan dentro de nuestras fronteras gracias a Natalia de la Vega y sus centros Tacha Beauty (otro hit entre las famosas del panorama nacional), que las vende en exclusiva en España.

La fuente de inspiración de Mimi Luzon para crear las mascarillas más mediáticas fue la mismísima Cleopatra, de quien se dice que utilizaba oro sobre su piel para darle luminosidad. Así, 24K Pure Gold Treatment (así es como se llaman las mascarillas de Mimi Luzon) se trata de una mascarilla antiarrugas única, porque los ingredientes están combinados en auténticas láminas de oro de 24 quilates. Los iones dentro del oro ayudan estimular la renovación celular ymejorar la circulación de la sangre, traduciéndose en una piel más saludable. Activos como la coenzimaQ10, el ácido hialurónico , péptidos como Hexpeptide 8 y agentes hidratantes como el extracto de melocotón o el té rojo hacen el resto; mejorando la elasticidad de la piel, reduciendo laprofundidad de las arrugas yrelajando la tensión facial.

Al parecer, el tratamiento es tan eficaz como cuentan y es por su calidad y exclusividad que ha cautivado al público más exigente. Entre sus efectos notorios destacan una piel descansada, luminosa, rejuvenecida e hidratada. Además, trata el enrojecimiento y las pequeñas líneas de expresión. En definitiva, un tratamiento completo para la piel que ya está disponible en nuestro país. Eso sí, todo tiene un precio: ¿te gastarías más de 350€ en una mascarilla facial? Es lo que hay que pagar por bañar tu rostro en oro.