A nadie le gustan los puntos negros. Dan un aspecto sucio, son focos de infecciones y hacen que nuestros poros aumenten de tamaño, otorgando a la piel un aspecto irregular y haciéndoles que pierda su luminosidad. Llevamos toda la vida intentado deshacernos de ellos con multitud de técnicas: tiras para la nariz, limpiadores específicos, exfoliantes... Pero desde que la cosmética coreana se instaló en nuestras rutinas de belleza, hay un método que ha destacado por encima de los demás: las mascarillas negras. Suelen conocerse como mascarillas negras, pero no tienen por qué ser de este color (aunque sí que suelen ser oscuras), y has podido verla en acción en muchísimos blogs y canales de YouTube. En muchos de estos vídeos, el resultado es una piel limpia y especialmente luminosa, pero hay un otro punto de vista que da un poco de miedo. En muchos casos, se acaba con los puntos negros, sí, pero de forma dolorosa, acompañada de reacciones alérgicas y de hasta quemaduras en la piel. Por ello toca preguntarse: ¿es un mascarilla peligrosa?

Todo comenzó cuando una mascarilla purificadora de una marca taiwanesa que se hizo muy viral y comenzó a hacer causar furor en YouTube. Tuvo tanto éxito que pronto tuvo muchísimos pedidos y los imitadores se dispararon. De repente, plataformas como Amazon, Ebay e incluso AliXpress se llenaron de pedidos de mascarillas similares. Pero todas estas imitaciones no siempre contienen ingredientes de calidad y empezaron las críticas negativas del producto. La mascarilla se quedaba pegada a la piel, de una forma que resultaba casi imposible de retirar y las usuarias acaban dañando la piel de forma severa para poder quitársela, irritándola y arriesgándose a sufrir de problemas de piel mucho más graves que unos simples poros obstruidos.

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Pero lo peor estaba aún por llegar. No mucho después de que la máscara negra se convirtiese en best seller, empezó a circular por la red la receta de una mascarilla negra limpiadora casera. Este DIY se volvió muy popular, ya que solo se necesitaba pegamento y pastillas de carbón (de esas que sirven para empezar a preparar las brasas de las barbacoas) para hacer una pasta con ello pasta. Obviamente, el precio es mucho más asequibles, pero las consecuencias para la piel son fatales. Seguramente, muchos os estaréis preguntando quién se arriesga tanto como para ponerse pegamento (incluso si es libre de tóxicos) mezclado con carbón en la cara. Si nos paramos a pensarlo, no merece la pena, pero por si alguien necesita pruebas de ello, solo hay que buscar un poco en las redes para ver lo peligroso que puede llegar a ser.

Pero existen mascarillas con este tipo de tecnología peel-off que resultan completamente seguras y eficaces a la hora de limpiar la piel, sin dañarla lo más mínimo. Por ejemplo, la mascarilla Snake Mask de Rodial, es también una mascarilla negra con efecto peeling que limpia y descongestiona los poros, además de incluir su neuropéptidos que ayudan a combatir el envejecimiento. Por su parte, la mascarilla Silver Peel- off Purifier de StriVectin, formulada con plata coloidal para extraer las impurezas de una forma muy suave. Lo más importante es que antes de utilizarla os aseguréis de que está formulada para vuestro tipo de piel, ya que las pieles más sensibles sí que pueden sufrir un poco de irritación al utilizarlas.