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Rosácea, dermatitis atópica, psoriasis, melasma... Todas hemos oído hablar de estas afecciones de piel, normalmente porque conocemos a alguien cercano que las padece, y es que estas cuatro enfermedades son muy comunes entre la población. Tal y como nos cuenta la Dra. Adriana Juanes, médico especialista en dermatología del Instituto Médico Láser, “en cuanto a enfermedades cutáneas, son relativamente frecuentes, afectando a más del 20% de la población. Sus causas son multifactoriales; es decir, presentan un componente genético, ambiental e inmunológico que contribuye a su aparición y progreso”. A pesar de ello, “se puede prevenir el empeoramiento y controlar la evolución de estas patologías, aplicando las medidas físicas y los tratamientos cosméticos correspondientes”. Por ello, lo más importante es saber reconocerlas para actuar a tiempo y poder atajarlas cuanto antes. Para ello, la Dra. Juanes nos hace un breve repaso de cada una de ellas.

¿Cuáles son los 4 problemas más comunes de la piel?

Dermatitis atópica

De las arriba mencionadas, es una de las más comunes. La dermatitis atópica se caracteriza por una piel seca, deshidratada e hipersensible. Es importante prestar especial atención a los niños ya que “suele iniciarse en la infancia, aunque mejora en la edad adulta. También se caracteriza por brotes de lesiones eccematosas de predominio en flexuras, intenso prurito y xerosis generalizada”, explica la doctora. Además de acudir al dermatólogo para hacer un seguimiento de su evolución y tratamiento, es muy importante mantener la piel muy bien hidratada. “La base del tratamiento consiste en la hidratación extrema y la –exposición de las partes afectadas al sol, con una pauta prescrita por un médico especialista–, añade Juanes.

El tratamiento médico consiste en corticoides tópicos y orales así como, otros inmunosupresores orales y fototerapia. A nivel cosmético, la Dra. Juanes recomienda “la aplicación de emolientes varias veces al día es la base del tratamiento. Productos como la rosa de mosqueta, la calamina, la manteca de karité y otros calmantes antiinflamatorios y antipruriginosos son fundamentales”.

Rosácea

Esta afección de la piel es una enfermedad crónica que predomina en la edad media, en la raza caucásica y “consiste en una hipersensibilidad e hiperreactividad cutánea exageradas, de predominio fundamentalmente facial, acompañada o no, de lesiones acneiformes”, afirma la doctora. Su característica principal es el enrojecimiento de la piel debido al incremento de la sangre contenida en los capilares en la zona de las mejillas, frente, nariz y mentón, respetando la región periocular acompañada o no de telangiectasias (arañas vasculares), brotes de lesiones papulosas de curso intermitente.

A parte del tratamiento dermatológico adecuado, cuando se padece rosáceaes fundamental la protección solar, evitar alimentos picantes, calientes, alcohol y estímulos como cambios bruscos de temperaturas. Por ello, nuestros mejores aliados cosméticos serán “los productos calmantes e hidratantes, ricos en agua termal, manteca de karité, perlas verdes, y cerasterol, así como fotoprotección 50+”, sentencia Juanes. En lo que respecto al tratamiento médico, éste se basa en metronidazol o ácido azelaico tópico, ciclos intermitentes de tetraciclinas orales y láser vascular y luz pulsada de forma continuada.

Melasma

Si estás embarazada o lo has estado, seguro que estas familiarizada con lo que es el melasma. Conocida también como la máscara del embarazo, el melasma “es una patología pigmentaria, muy frecuente de predominio en la mujer, que consiste en una alteración hormonal que provoca hiperpigmetanción facial irregular en forma de mapa, en frente, piel de labio superior y de mejillas”, cuenta la Dra. Juanes. De hecho, el melasma es más frecuente durante el embarazo debido a la gran cantidad de alteraciones hormonales que se dan en esta etapa.

Pero tranquila, porque no es algo que no podamos evitar, al contrario: puede prevenirse evitando la exposición solar, la toma de anticonceptivos orales y utilizando fotoprotección extrema. A nivel cosmético, serán de gran ayuda “el uso diario de sustancias despigmetnantes por la noche, como el ácido kójico, el ácido azelaico, el ácido mandélico y el ácido ascórbico, que son básicos en la prevención y evolución del melasma. Lógicamente, también es obligatorio el uso de fotoprotector solar de 50+ todo el año. Respecto al tratamiento médico, éste se basa fundamentalmente en productos despigmentantes, como los peelings químicos.

Psoriasis

La psoriasis es una patología que aparece sobre todo en la edad adulta, de carácter crónico, que “consiste en un exceso de proliferación epidérmica que cursa con placas eritemato-descamtivas, gruesas y bilaterales que afectan fundamentalmente a las manos, los pies y, en ocasiones, al cuero cabelludo”, sentencia Juanes, quien añade que "es imprescindible que un dermatólogo haga un seguimiento de la enfermedad, pero mientras tanto hay que tener en cuenta que la hidratación a diario con productos que contienen ácido salicílico, urea y helioterapia es fundamental como complemento al tratamiento médico". Este tratamiento consiste en corticoides tópicos derivados de la vitamina D, Breas y, en casos más graves, inmunosupresores orales como ciclosporina, metotrexate, y anticuerpos monoclonales.