Perezosa o diligente; parsimoniosa o express; experta o amateur. Hay tantas costumbres frente al tocador como mujeres. Ahora bien, no todas incluyen los pasos correctos. Es más, algunas dan pasos equivocados, invirtiendo tiempo y esfuerzo en gestos que, no sólo no mejoran el estado de su piel, sino que lo empeoran. Así pues, tanto si te matas por un buen cutis dando diez pasos cada día, al modo japonés, como si es tu última prioridad y limitas tus mimos cosméticos a un lavado en la ducha y un poco de crema hidratante, tienes que hacerlo de la forma adecuada ya que puedes estar cometiendo errores que tiran abajo tu esfuerzo y tu inversión.

5 costumbres que deterioran el estado de la piel

Los días que no te maquillas, no te lavas la cara por la noche

El cutis pasa todo el día expuesto a contaminación, polvo, humo... El sebo se va licuando y saliendo a la superficie, sudas, te manchas. Todos los residuos que se van depositando sobre la piel, aunque el ojo no los vea, taponan y dilatan los poros, causando falta de luminosidad, piel seca o deshidratada y, en ocasiones, acné e impurezas.

La solución: la limpieza facial. Si te has maquillado, recuerda borrar el maquillaje primero con algún cosmético de base oleosa como leche o aceite y, sólo después, usa un gel, jabón o espuma limpiadora para limpiar la piel en profundidad y eliminar restos de suciedad y células muertas. Un plus: aprovecha el esfuerzo y pásate algún dispositivo de limpieza electrónica; está probado que consiguen, día tras día, una mejora importante de la piel.

Te saltas el tónico

Este error está más extendido de lo que te imaginas. Después de limpiar la piel con agentes detergentes, por suaves que sean, no se debe dejar la piel a la intemperie, por mucha crema que vayas a ponerle después. Primero, porque al contacto con el aire, se seca. También porque, como mejor absorbe la piel el tratamiento, es cuando está ligeramente húmeda. Además, el tónico suele tener activos que contrarrestan la agresividad de la limpiadora y la dejan en estado neutro para absorber los beneficios de sueros y cremas.

La solución: incluye un tónico en tu rutina y presta especial atención a su formulación. Mejor si no lleva alcohol y es hidratante. Si dudas, cómpralo de la misma línea que la limpiadora o que la crema ya que, de esa forma, te aseguras que tengan en común muchos de sus principios activos y excipientes. De otra forma, puedes terminar mezclando demasiados componentes en cada aplicación.

Exfolias la piel con demasiada fuerza

Una costumbre de muchas mujeres es exfoliar su piel como si tuvieran que llevarse por delante cuatro capas de piel. Llevado a cabo correctamente, es un gesto muy saludable para la piel ya que, al eliminar las células muertas, ésta se suaviza, adquiere brillo y mejora la receptividad frente a los tratamientos posteriores en suero y crema. Ahora bien, una forma demasiado agresiva puede dar lugar a rojeces e irritación. Además, se deteriora la función barrera de la piel, con lo que se sensibiliza mucho y puede provocar una hiperactividad de la melanina que acabe en un montón de manchas.

La solución: un par de veces a la semana, máximo, con tu producto exfoliante habitual o a diario con algún exfoliante químico que no haya que frotar. Te gustarán los discos impregnados en ácido para usar a diario.

Con la crema hidratante, o te pasas o no llegas

Un primer error con la crema es, directamente, no usarla. Suelen caer en este engaño las mujeres con piel grasa. Piensan que la crema va a empeorar el problema. Es así en caso de no elegir la adecuada. Pero la piel grasa también necesita hidratación, si no pierde luminosidad y se ve macilenta y sin tono. Si tu piel es grasa, compra una libre de aceites, también conocidas como oil-free.

En cuanto al resto de mujeres que no usan crema por pereza, descuido o cualquier otro factor, deben saber que hay que usar hidratante siempre. La piel pierde agua constantemente y termina acusando la deshidratación en forma de arrugas y flacidez. Por otro lado, no se debe utilizar cualquier crema. Hay productos específicos para cada problema y para cada tipo de piel. Elige siempre el más adecuado y, si tienes dudas, déjate asesorar por profesionales. Un último error es creer que por aplicar mucha cantidad de crema estás cuidando mejor tu piel. ¿Has oído hablar del acné cosmético? Son granitos que aparecen cuando la piel está "empachada" (los poros se han taponado y la piel no puede absorber ni respirar). Bien porque el producto que has estado aplicando lleva activos demasiado fuertes para tu piel, bien porque has utilizado demasiada cantidad. En el cuidado de la piel, cometemos errores y muchas veces es tan malo pasarse como no llegar.

Guardas el SPF de septiembre a junio

Otra malísima costumbre ampliamente extendida es prescindir del filtro solar. La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (al menos a los UVA) es la primera causa de arrugas y manchas del sol, por delante del envejecimiento cronológico. La oxidación es un proceso de podemos paliar pero parece que no queremos. Como primera medida, es fundamental protegerse por fuera. Sólo así se conserva una piel bonita.

La solución: es hora de concienciarse de una vez por todas: hay que llevar una crema solarcon color o sin color– con al menos un SPF15 de amplio espectro (es decir, contra UVA y UVB) todos los días del año. Sin excusas. Hoy día, las cremas, las bases y hasta polvos de maquillaje llevan protección. Sólo tienes que buscarlos.