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Las manchas en la piel surgen cuando una menos se lo espera y, aunque hayamos oido hablar de tratamientos de belleza para las que temen a las agujas y cosméticos para eliminarlas eficazmente, si hay un ingrediente que ha demostrado su eficacia a lo largo de los años ha sido la vitamina C. Sin embargo, cuando el cuidado de la piel se convierte en una obsesión, la piel puede verse afectada de múltiples formas. Hay quienes combinan fórmulas para eliminar las manchas, quienes prueban todo tipo de productos para reducir la apariencia de las arrugas o incluso quienes se dejan aconsejar sin conocer realmente cuáles son las necesidades de su piel.

Pero, en la cosmética, tanto la limpieza facial como la hidratación y los tratamientos antiedad de moda tienen una razón de ser y usar y, sobre todo, es fundamental saber aplicar la dosis correcta. Porque en términos clínicos, es mejor no llegar que pasarse.

¿Cada cuánto tiempo es aconsejable limpiar la piel?

Sabemos que limpiar la piel es uno de los pasos fundamentales de la rutina de cuidado facial ya que, si éste no está limpio, el resto de cosméticos que aplicamos después no funcionan correctamente. Aunque cueste creerlo, cuanto más suave es una limpieza, mejor responde la piel. Ya en Estados Unidos se dieron cuenta y acuñaron el término ‘face overcleansing’, un problema que se da entre las aficionadas a las limpiezas faciales (y dobles limpiezas faciales) constantes que, además, sufren acné, tienen la piel seca, deshidratada y/o sensible. Lavarla con demasiada frecuencia e intención deja a la piel desprotegida en sus capas más sensibles, eliminando la barrera natural que tan necesaria es para evitar el envejecimiento prematuro. Por tanto, si sientes que tras lavarte la piel del rostro ésta está tirante, significa que estás abusando.

Una vez más, los experto hablan: es mejor limpiar la piel sólo una vez al día y con un producto adecuado a tu tipo de piel. Si la piel es grasa, dos veces. Tampoco es aconsejable abusar de los cepillos y otros gadgets de limpieza porque pueden estimular el folículo y provocar granitos que, de otra manera, no hubieran salido.

¿Por qué no es aconsejable una exfoliación excesiva?

Esto nos lleva a la exfoliación, que también ha de hacerse en su justa medida. Una exfoliación excesiva no sólo no ilumina más, sino que puede provocar manchas. Hay que hacerlo suavemente, no más de una vez por semana y si puede ser con un exfoliante que contenga ingredientes de origen natural. Los expertos defienden que aumentando la frecuencia y/o la intensidad del peeling orgánico se pueden producir diferenciaciones celulares anómalas. Si se reduce demasiado el grosor del estrato córneo, que no debe liberar más de una capa de células al día, la piel se queda indefensa. La capa córnea es, junto con la melanina y el sudor, una de las defensas que la piel tiene contra el sol. En realidad, actúa como un filtro físico contra las radiaciones. Si se afina demasiado, puede sensibilizarse frente a los UV, dando lugar a manchas oscuras y eritemas.

¿Qué dosis de crema es recomendable aplicar sobre la piel?

La dermis, a partir de un nivel, no absorbe más sustancias por mucha crema que se aplique. Y tampoco usar varios productos garantiza una mejor respuesta por parte de la piel. Del sérum facial se deben usar cinco gotas: una en la frente, una en la barbilla, una en la nariz y una en cada mejilla. De la crema facial, igual: una cantidad equivalente al tamaño de un guisante repartido por toda la cara y otra para el cuello y el escote. Cuando ponemos demasiada cantidad de crema, aceite o de una textura que no conviene, salen granitos, también conocidos como acné cosmético.

Y un último consejo: antes de comprar un sérum de vitaminas, ácidos, etc. pide consejo sobre su utilización. Cuando hablamos de retinol, normalmente se aconseja hacer un periodo de adaptación de la piel a este ingrediente, empezando por las concentraciones inferiores e ir aumentándola a medida que la piel se acostumbra a él.