La relación existente con la cirugía estética podría definirse como complicada. Hay quien encuentra su media naranja en los retoques. Quien, a pesar de lo positivo, prefiere desmarcarse del tema. Quien, sin importarle las turbulencias, siempre vuelve a la consulta y quien decide cortar por lo sano, como Courteney Cox.

La actriz de Friends habló en una ocasión sobre el tema al reconocer en una entrevista que se había deshecho de todas las infiltraciones de su rostro para apostar por una estética más natural. Esto nos ha hecho plantearnos una cuestión: ¿Se puede dar marcha atrás en las intervenciones estéticas? ¿Qué precio pagará nuestro cuerpo? Para salir de dudas, hablamos con el Doctor Felipe Castillo Muñoz, especialista en Cirugía Plástica y Reparadora.

¿Qué intervenciones quirúrgicas se pueden revertir?

Si reparamos en algunos de los procesos más populares, descubriremos que la posibilidad de deshacer el cambio dependerá completamente del tipo de intervención: “Serían reversibles la colocación de un implante de pechos o de glúteos, un aumento de labios o las infiltraciones de ácido hialurónico, por ejemplo. Sin embargo, una rinoplastia, una liposucción o un 'lifting' facial serían irreversibles”, explica el doctor, y aunque reconoce que las técnicas quirúrgicas no han cambiado prácticamente en los últimos años, admite que sí ha mejorado la composición de los implantes y de los rellenos que se utilizan para que sean cada vez más seguros y que existen más estudios sobre las posibles complicaciones de las operaciones.

¿Qué secuelas puede ocasionar este proceso?

Sea por moda, por arrepentimiento o por un simple deseo de cambio, ya sabemos que en algunos casos podremos echar la vista atrás y recuperar nuestra silueta inicial. Sin embargo, ¿quedarán secuelas? “A la hora de retirar un implante, se genera una cicatriz igual a la provocada durante el proceso de colocación. Sin embargo, sí puede verse alterado el volumen y la elasticidad de la piel. En el caso de la cirugía de pecho, por ejemplo, el roce de la prótesis hace que el tejido mamario se vuelva más fino por lo que tras la extracción de los implantes, la paciente contará con un poco menos volumen que antes del primer paso por quirófano”, aclara.

¿Cuáles son las alternativas a la cirugía estética?

Con el ‘boom’ de la medicina estética, mucho menos invasiva y, por lo tanto, con un tiempo de recuperación menor, podríamos pensar que se están dejando en segundo plano los procesos tradicionales de cirugía. Remodelar la nariz o protagonizar un efecto 'lifting' con hilos tensores y sin necesidad de pasar por quirófano suena muy tentador. Sin embargo, el doctor defiende que son dos modalidades totalmente complementarias que no se sustituyen, ya que cada una deberá utilizarse según el fin y la duración deseada. En el caso de la medicina estética, prácticamente todos los productos que se utilizan como bótox, ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica son reabsorbibles, por lo que el propio cuerpo los metabolizará a corto plazo, generalmente en 6 o 12 meses. “Estos productos reabsorbibles no dejan secuelas. Es más, en el caso del acido hialurónico, al atrapar partículas de agua puede mejorar la calidad de la piel”, explica el doctor.

En caso de someterse a un tratamiento o a una operación, ¿a qué edad recomiendan hacerlo los expertos?

Obsesionarnos con cuerpos imposibles o apostar por cambios muy drásticos son dos de los factores que pueden llevarnos al arrepentimiento tras una intervención estética, sobre todo si caemos en la temida pérdida de expresión o acabamos por no reconocernos en el espejo. Por eso nos preguntamos, ¿existe un momento idóneo para dar el paso? “No existe una edad adecuada para someterse a una operación o tratamiento de estética, hay que individualizar a cada paciente. Si se busca un desenlace positivo, la paciente debe ser consciente del resultado que se puede obtener en todo momento, y debe apostar siempre por encontrar la naturalidad”, advierte el cirujano. Por ello, una opción muy recurrente es mostrar el resultado de otros casos similares (previa autorización del paciente) para que sea más fácil hacerse a la idea.

Aquí, nos parece necesario hacer un llamamiento: cuidado con las moda. Por ejemplo, el aumento de los glúteos con grasa autóloga –es decir, grasa extraída del propio cuerpo– es una de las intervenciones que no deja de ganar adeptos. Sin embargo, no es para todo el mundo: “No se recomienda sobre pacientes muy delgadas ya que se necesita una cantidad de grasa considerable. Además, este proceso se realiza en varias intervenciones para evitar el riesgo de embolia grasa, una complicación que puede causar la muerte. También hay que tener en cuenta que con el paso del tiempo se reabsorbe en torno al 30% de la grasa infiltrada”, puntualiza el doctor. Una vez vistas las posibilidades del mundo estético, si decides someterte a una intervención quirúrgica o a un tratamiento de estética, recuerda buscar el acabado que más se ajuste a tu cuerpo y a tus facciones para no restar naturalidad así como ponerte siempre en las mejores manos.