Seguro que tienes alguna amiga a la que le ha pasado. Se convirtió a runner irredenta de la noche a la mañana, sin cambiar más costumbres que la de 'ahora proteína-ahora no' (y eso con suerte). Su piel se ve envejecida, parece mayor de lo que es. Algo parecido le pasó a otra que, en un intento de perder peso, aniquiló la grasa de su dieta, se dio a la verdura pura y dura y ahora está flaca, pero mayor. A veces, lo que es bueno para el culo es malo para la cara. Ahora bien, si se hace correctamente, esto no tiene por qué pasar y se puede una mantener firme como un látigo y comer bien sin engordar, además de hacer ejercicio que mejore el estado físico y mental sin deteriorar tu rostro. El secreto está, como en todo en la vida, en la proporción.

Ejercicio estresante

Hablemos del ejercicio. Un desgaste excesivo sobre las zapatillas, sea corriendo, haciendo bici o ejercicios con intervalos de alta intensidad, puede acelerar el envejecimiento prematuro de la piel, provocando que ésta quede más desprotegida y expuesta a los radicales libres, los cuales dañan el ADN celular y aceleran la formación de arrugas. La explicación es que el ejercicio físico, si te pasas tanto en intensidad como en duración, con respecto a tu forma física y tus capacidades, puede llegar ser una fuente de estrés oxidativo, perjudicial para las células cutáneas. Hacer demasiado ejercicio aumenta la oxidación de glutatión en la sangre, lo que conduce a daño celular causado por los radicales libres. El glutatión es un antioxidante que produce el organismo y que se encarga de desechar las sustancias tóxicas y reparar el daño celular provocado por la fatiga. Además, fortalece el sistema inmunológico, reduce la fatiga muscular e incrementa el desempeño. Con la oxidación del glutatión en sangre, se sufren daños en diversas zonas del cuerpo, incluyendo la piel, que puede llenarse de arrugas, manchas y flacidez. Esta producción de radicales libres de la que hablamos puede llegar a exceder la capacidad antioxidante del organismo, lo que genera un desequilibrio que provoca estrés oxidativo y daño celular. Para hacer frente a esta producción de radicales libres y el consecuente daño celular, el organismo tiene varios mecanismos de defensa, entre los que podemos destacar los sistemas antioxidantes no enzimáticos como son la vitamina E y la vitamina C. Las reservas de estas vitaminas se pueden rellenar con suplementos adecuados y, sobre todo, a través de una dieta equilibrada en la que no falten fruta y verdura fresca.

Con esto no estamos diciendo que no haya que hacer ejercicio. Al contrario. Moverse es bueno para todo: empezando por la cabeza y terminando por los pies. Ahora bien, la intensidad y duración del ejercicio serán factores importantes relacionados con la producción de estos radicales libres que pueden arrugar tu cara. En el estudio "Intensidad del ejercicio como factor generador de estrés oxidativo" de G. J. Olcina Camacho y V.V.A.A, lo explican científicamente: "Mediante un simple análisis de sangre se puede comprobar un aumento significativo en los niveles de MDA (malondialdehido, marcador de estrés oxidativo) tras la realización de una prueba de esfuerzo hasta el agotamiento, no observándose estas modificaciones en una prueba de estado estable. Esta modificación se ve claramente en sujetos no entrenados, donde vendrá determinada más por la intensidad del esfuerzo que por la duración, por tanto podría ocurrir que ejercicios de carácter aeróbico de duración cercana a 30 y 45 minutos no afecten a la excesiva producción de especies oxidativas, de tal forma que los sujetos que practiquen actividad física puedan conseguir los beneficios derivados de la práctica deportiva, sin afectar en exceso el daño celular provocado por el estrés oxidativo".

Comer sin grasa

Otro error garrafal que ocurre cuando intentas que te quepa un pantalón más pequeño sin pensar en tu cara.Sabes de sobra queuna pérdida rápida de peso puede hacer que la cara se te caiga. Pero no sólo que adelgaces demasiado rápido, sino que lo hagas quitando alimentos y nutrientes básicos como son las proteínas y las grasas buenas. El Dr. Perricone, abanderado de la alimentación rejuvenecedora, sugiere incluir a diario en el menú todos aquellos alimentos ricos en antioxidantes que, además de dar un plus de juventud al rostro, ayudan a perder el exceso de peso corporal. Sus claves son: Frutas y verduras de primera calidad, proteínas magras (pollo sin piel, salmón, atún, anchoas, arenque, etc.), quesos bajos en grasa y yogurt, granos como la cebada, la soja y la avena, aceite de oliva, almendras crudas, té verde y negro y, por último, litros de agua mineral.

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Conclusión, si quieres mantener la lorza a raya y presumir de un rostro joven, mantén el equilibrio. Haz 30-40 minutos de ejercicio diario, descansa suficiente y revisa que en tu dieta haya todo esto:

- Aceite de oliva, rico en hidroxitirosol que previene los daños inducidos por los radicales libres.

- Uvas, ricas en resveratrol que previene el fotoenvejecimiento cutáneo, la formación de arrugas, la sequedad y las manchas cutáneas.

- Tomate, rico en licopeno que protege frente al estrés oxidativo.

- Té verde, rico en epigallocatequina-3-gallato que reduce el daño del ADN inducido por los radicales libres.

- Trigo, rico ácido ferúlico, potente regenerador celular debido a su alto contenido nutricional.