Te sonará porque era lo que lucía la siempre sexy Lily Aldridge hasta que decidió dar la vuelta a la tortilla y volverse castaña-oscura-casi-morena. Ya está poblando Instagram con el hashtag #tigereyehair, se habla de ello en blogs y en las secciones de belleza de las revistas. "Se trata de pintar reflejos en tonos dorados, ámbar o caramelo que aportan luminosidad a la melena oscura y calidez al rostro", aclara el estilista David Lorente, dueño de su salón homónimo. El resultado de esta mezcla de colores nos recuerda a los destellos de la piedra semipreciosa llamada "ojo de tigre" o "tigereye", de ahí su nombre.

En realidad, es la técnica del balayage fuera de los límites del rubio. Es decir, mechas claras a mano alzada sobre melenas castañas o morenas. Las líneas que dibuja esta luz sobre la melena oscura recuerda a las vetas de la piedra semipreciosa. "Se realizan a mano alzada sin papel de plata, como las californianas o el balayage" apunta Lorente. Como no consiguen un efecto demasiado natural, no valen para cabellos lisos y finos, sino para melenas donde haya buena textura. "Yo las recomiendo para melenas largas o midi onduladas de manera que haya más recorrido y movimiento. También os gustará esta opción si no sois de estar cada mes en la pelu para arreglar la raíz ya que son reflejos que no empiezan en la raíz sino que se aplican en puntos estratégicos de la melena", puntualiza el estilista.

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La modelo y ángel de Victoria’s Secret, Lily Aldridge, el mejor ejemplo para entender la coloración ’ojo de tigre’.

La tigereye perfecta

Para lucir estos tonos no hay que esforzarse demasiado. David Lorente defiende que no se deslavan tan rápido como las californianas, aunque tengas que visitar a tu peluquero para hacer un refresh de color cada dos meses aproximadamente. Entre visita y visita, te puedes hacer un baño de brillo transparente y lavar y acondicionar con productos hidratantes.