Vamos a ser honestas. Aunque las melenas a lo ángel de Victoria's Secret resultan de lo más seductoras, todas sabemos que el trabajo que requieren a la hora de mantenerlas sanas y bonitas es muy duro, y pocas son las que consiguen tener el pelo largo en buenas condiciones. Además siempre existen momentos clave en nuestra vida en los que la idea de cortarnos el pelo,empieza a rondar con fuerza por nuestra cabeza. Este cambio suele asociarse a una ruptura amorosa, pero vamos a dejarnos de tópicos porque hay otras cosas mucho más importantes que nos hacen desear un cambio radical y el primero y más importante de ellos solemos ser nosotras mismas: cuando atravesamos una crisis personal o laboral, uno de esos momentos en los que no sabes qué hacer con tu vida y un cambio de look se plantea como el primer paso para empezar a cambiar todo lo demás, para cortar con nuestro antiguo yo. O en clave más positiva, cuando nuestra vida da un giro inesperado en el que, sencillamente, el pelo largo ya no tiene sentido en nuestro día a día.

Aparte, y aquí sí que vamos a caer en el tópico, existen dos momentos clave en la vida de toda mujer en la que la idea de cortarse el pelo cobra más fuerza que nunca: después de hacer la comunión y después de casarse. Estas dos ceremonias suelen conllevar un par de años sin cortar nada más que las puntas para que el día D podamos lucir un recogido o un peinado que con el pelo más corto no podríamos llevar. Un par de años al menos viéndote cada día con la misma imagen, en una espera que nos lleva a aburrirnos de nuestra propia imagen en el espejo. Pero, una vez pasado el momento clave, el gusto que supone un cambio de look que refresque nuestra imagen se hace casi irresistible.

Y es que todas necesitamos un buen corte de pelo alguna vez (o varias veces) en la vida. Los cortes tipo garçon o pixie son seductores, destilan un aire de libertad, de seguridad y de frescura que no se puede pasar por alto, además de aportarnos un aspecto mucho más juvenil. Además estamos rodeadas de musas de pelo corto, auténticos iconos de belleza que destilan un je ne sais quoi: desde Mia Farrow en La semilla del diablo, hasta Michelle Williams, pasando por Jean Seberg en Al final de la escapada, Mary Quant, Audrey Hepburn, Twiggy, la Winona Ryder de los años 90, la francesa Audrey Tautou o la bellísima Charlize Theron... además de toda esa legión de flappers y mujeres que decidieron romper con las tradiciones en los años 20 (es hora de reconocer que no ha existido gente más moderna que aquellos que lo fueron en los años 20). El pelo corto atrae y atrapa pero supone un cambio muy radical con el que pocas se atreven por miedo al resultado.

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Michelle Williams es fiel a su pixie desde hace ya muchos años.

Pero existe un truco para saber si el pelo corto va a quedarte bien. Más allá de tener unos pómulos altos o un cuello largo, más allá de tener la belleza de la ya mencionada Charlize Theron a la que cualquier cosa le queda bien, existe una regla que compartió el famoso estilista John Frieda para determinar si el pelo corto va a resultar favorecedor o no: la regla de las 2,25 pulgadas (5,5 centímetros en nuestro sistema métrico).

Tal y como explicaron al Daily Mail los estilistas del John Frieda Salon en Reino Unido, se trata de una cuestión de los ángulos del rostro. El ángulo del hueso de la mandíbula determina si alguien tendrá mejor aspecto con pelo corto o pelo largo. Dicen, además, que el resultado es una medida fiable, fácil pero exacta que indica si una cara (cualquier cara) es adecuada para el pelo corto o largo. Y para tomar esta medida solo necesitas un lápiz y una regla. Coloca el lápiz debajo de la barbilla de forma horizontal y luego coloca una regla debajo de la oreja, de forma vertical. Mide la longitud de la intersección del lápiz y la regla y si el resultado es menos de 5,5 centímetros el pelo corto te va a quedar bien, mientras que si es superior, cualquier opción de todas las que ofrece el pelo largo será la más adecuada. ¿Te atreves a dar el paso?