A todas nos ha pasado, en algún momento de nuestra vida, que hemos salido de la peluquería llorando. O como poco, hemos corrido a casa para lavarnos de nuevo el pelo e intentar darle nuestro toque a un corte o peinado que no nos gusta nada. O nos hemos visto rubias con mechas cuando sólo queríamos aclarar un poco nuestro tono... Es una lástima, pero la falta de entendimiento con los peluqueros puede provocar situaciones muy incómodas, en las que lo que se encuentra en juego es nuestra imagen personal. Y también nuestra salud capilar, porque ¿quién no ha dejado de ir a cortarse las puntas al tener miedo de que el peluquero se pase metiendo tijera?

La clave, como nos dice Diana Daureo, directora del salón Diana Daureo (General Pardiñas, 95) es la comunicación. Cuando hablamos de mechas, reflejos, etcétera, “la diferencia entre un efecto u otro la marca el peluquero, no el nombre del trabajo. Lo que para mí es una mecha natural, para otro puede ser un trabajo más marcado. Y lo mismo pasa con las californianas, que pueden ser más definidas o más suaves, y así con todos los trabajos. Lo importante es entender al cliente. Y no imponerle”. Lo mismo opina Juan Arroyo, responsable del salón Mode Estilistas (Gutemberg, 7). “Lo principal es que el peluquero asesore al cliente y le diga lo que necesita y que el cliente decida que quiere hacerse. El cliente tiene la última palabra por lo que solo quiere cortarse solo las puntas, un buen profesional debería hacerle caso. Es fundamental escuchar a la persona que tienes delante y conseguir que salga feliz del salón”.

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Escuchar y no imponer: quédate con estas dos claves, porque si te encuentras en una tesitura en la que crees que el estilista que tienes delante no te está prestando atención, es mejor que salgas corriendo de la peluquería a quedarte y arriesgarte a un disgusto. Hay que ser realistas y admitir que cuando no estás convencida de lo que te están haciendo, las posibilidades de que te guste el resultado son bastante escasas. Pero aún así, también es bueno que tengamos claras algunas pequeñas diferencias para poder explicarnos mejor y reducir el riesgo de confusión.

En lo que se refiere al color, los diferentes matices importan. Si quieres ver tu melena con más luz y te ofrecen hacerte reflejos, debes saber que se trata de una técnica en la que se “aclaran zonas del cabello imitando al aclarado que se produce por el sol. Se aplica una coloración suave para obtener unos resultados lo más naturales posibles”, nos explica Juan. “Los puntos de luz, por otro lado, se colocan según la luz que le queramos dar al rostro y con la intensidad que queramos conseguir”. ¿Y qué pasa con las mechas? Suele asustarnos bastante cuando nos las ofrecen porque se trata de un efecto que consideramos más marcado. “Son más fuertes tanto en el producto que se usa, como en el color que se logra”, comenta Juan. “Además, el grosor tiende a ser mayor en las mechas tradicionales que en los reflejos o puntos de luz”.

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Así que si lo que buscas es aclarar el cabello sin llegar a ser rubia, “lo mejor es empezar con puntos de luz o reflejos a mano alzada”, nos cuenta Juan. “Nosotros recomendamos el servicio premium de Wella Professionals, Ecaille, la técnica en la que, de manera personalizada, se mezclan diversos tonos para conseguir zonas de claro-oscuro y donde la posición de los colores es más creativa, asegurando, así, unos resultados de color únicos”.

¿Y en lo que se refiere al corte? Uno de los temas que más cola trae suele ser el de las capas. “Dar capas es que el pelo de la zona de la nuca vaya más largo y el de la coronilla más corto”, no explica Diana Daureo. “Aún así, la técnica ha avanzado mucho y se pueden dar capas con distintos efectos. Por ejemplo, existen las capas internas, que son ideales para los que quiere movimiento sin sensación de capas”. Aquí vemos otra vez la importancia de hablar con nuestro estilista, porque muchas de nosotras asociamos capas a reducción de volumen y no tiene por qué ser así. “Quitar volumen se aplica solo en aquellos cabellos que tienen mucha cantidad y que, por necesidad o comodidad, quieren tener menos”, cuenta Juan. “Pero quitar volumen no es incompatible con capear el cabello. Podemos quitar volumen de un cabello y luego hacer un corte capeando el cabello. Capear es más un sistema de corte para lograr movimiento”. También hay que diferenciar entra las técnicas y herramientas que se emplean para ello. "Las tijeras de esculpir, que entresacan el cabello, son muy útiles para melenas abundantes con peso que necesitan reducir volumen", nos cuenta David Lorente, director del salón David Lorente (García de Paredes, 76). La navaja también serviría, aunque no la recomiendo en cabellos rizados o foscos, ya que estos se encogerían y la punta se vería pobre".

Y por entrar en debate con algún corte de moda, ¿hasta dónde llega un auténtico bob? "El bob clásico no debe superar la línea de la mandíbula mientras que el long bob o lob se apoya en la clavícula", aclara David. Para acertar a la hora de elegir uno u otro hay que tener en cuenta diversos factores. "El bob está más limitado en cuanto al tipo de rostro, mientras que el lob es apuesta segura para cualquier óvalo facial. Y el bob, además, está limitado en la posibilidad de poder recogerse el pelo".

¿Demasiados conceptos para un simple mortal? Puede que sí, por ello nos quedamos con el consejo de David. "La mejor forma de entenderte con tu estilista a la hora de cortar es llevando una foto o un referente del corte; una imagen vale más que mil palabras", afirma. Y no olvidarnos de la unidad de medida del peluquero universal: el dedo. "Dos dedos son dos dedos y no hay margen de error. Yo aconsejo siempre hacer una consulta de corte antes de lavar el cabello para ver el volumen real de la melena en seco y tener en cuenta que determinados cabellos encogen mucho al cortar sobre todo la primera semana hasta que el cabello se adapta al peso nuevo. Yo corto el cabello en mojado y en seco para fijar volúmenes. Y si sólo quieres cortar lo preciso para sanear lo mejor es que utilices los términos “sellar” o “limpiar” puntas y así cortaremos sólo entre medio y un centímetro".