Más que una marca registrada, se trata de un emblema. Un rojo considerado inimitable, el del primer lápiz de labios que creó monsieur Dior en 1949.
En aquel momento, la barra de labios todavía no se llamaba Rouge Dior, de hecho era sólo una producción en serie limitada que se regalaba a las clientas de la boutique de Avenida Montaigne. El tono en cuestión era un rojo profundo considerado 'universal'. Cuando en 1953 se creó la primera barra de la casa, del tirón se formuló en ocho colores más, por lo que éste primero pasó a llamarse el 9. Las nuevas barras de labios lucían tonalidades que iban del rojo al naranja, inspiradas en los tejidos del taller y "especialmente escogidos para adaptarse en armonía a cada tono de piel, cada color, cada tela, cada hora…", según contaba el propio Christian Dior.
Pero volvamos a 1949. Al presentar la colección de primavera de ese año, se menciona por primera vez el color Rouge Dior. Es "un rojo al que somos fieles", dijo el maestro francés. Hasta hoy, lo son. Pasado un tiempo, ese rojo se llamó 99 y, finalmente, se quedó con 999.
A día de hoy, 999 es un mito que se hace real en forma de barra de labios, laca de uñas y, desde esta temporada, también en brillo labial.
La última novedad en maquillaje de la casa francesa, que se ha visto revolucionada tras la entrada del nuevo director creativo Peter Philips (ex-Chanel) es Rouge Brillant, el nuevo Rouge Brillant mejor dicho, ya que el original data de 1981. De ahora en adelante, más que un brillo coloreado será un tratamiento de labios; bálsamo líquido compuesto de tres aceites, vitamina E y un activo que aporta volumen a los labios, con el toque justo de color. Concretamente, doce colores, entre los que se encuentra el mítico 999.
Para acompañar este lanzamiento Philips ha querido hacer un guiño a las incondicionales sacando a la venta por tiempo limitado y sólo en puntos de venta seleccionados el mítico bálsamo para uñas Crème Abricot coloreado del mismo tono del que Dior quiso vestir la sonrisa de las mujeres.
