Estamos en temporada de atracones de navideños, pero entre bocado y bocado también puede ser el tiempo perfecto para plantearnos algunas cuestiones sobre nuestra forma de comer y las consecuencias que tienen en nuestro peso. Si te sientas a la mesa, después de haber estado tomando un aperitivo, te comes tu ración, repites y aún así tienes sitio para el postre y algún que otro dulce extra en café es el momento de que salten las alarmas: puede que tu cuerpo no te está avisando de que ya está saciado. Este aviso lo tendría que recibir el cerebro, pero si no lo hace no te flageles que la culpa no la tienes tú, la tiene tu genética.

Para ser más concretos, tal y como ha demostrado un estudio de la University College London, el responsable directo es el gen FTO, que actúa bloqueando la señal de que ya has comido suficiente. La grelina es la hormona responsable de la sensación de hambre y un descenso de esta hormona es lo que provoca que nos sintamos saciados. El problema es que el cerebro de las personas portadoras de FTO no detecta esta caída debido al bloqueo que está ejerciendo este gen. La comunidad científica ya tenía conocimiento de la existencia del FTO desde hace años, cuando se descubrió que estaba relacionado con las personas obesas, aunque no se ha sabido de qué manera hasta ahora, gracias a este nuevo estudio.

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Los portadores de este gen tienen un 70% más de posibilidades de convertirse en personas obesas, aunque eso no significa que por fuerza vayan a engordar sin remedio, pero sí que van a tener tendencia a comer más de la cuenta, como ha demostrado el estudio del gen. Lo mejor es fijarse bien en cómo reacciona tu cuerpo ante las comidas: si pasas de estar comiendo tranquilamente y de repente no te entra más comida es posible que tengas la saciedad alterada. Otro síntoma muy común son las ganas de repetir plato cuando ya te has comido una ración normal. Ser consciente de ello es imprescindible para controlarte más en las comidas y empezar a hacerlo de forma responsable. Para ello, utiliza siempre los trucos de los nutricionistas: utiliza platos pequeños para controlar mejor las cantidades, mastica muy bien los alimentos para ralentizar el ritmo de la ingesta.

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Además, el estudio de la University College of London también dejó al descubierto otro de los inconvenientes de este gen y es que sus portadores tienen una tendencia mayor a ingerir alimentos ricos en azúcares y grasas, incluso después de haber comido. Por todo ello es importante reeducar nuestros hábitos y conocer algunos trucos, sobre todo en estas fechas llenas de excesos alimenticios:

- Empezar las comidas tomando un caldo es una buena forma de controlar las cantidades que vas a comer a continuación.

- Intenta alargar las comidas masticando bien los alimentos e intenta comer más lentamente. Para hacer más eficaz este truco intenta no comer sola, ya que con una conversación fluida alargarás el tiempo entre bocado y bocado.

- Procura cocinar las raciones justas y sirve la comida en platos pequeños para controlar mejor las cantidades. Otro buen truco es no dejar las fuentes o sartenes en la mesa para evitar la tentación de repetir si sobra algo de comida.