Si nunca llegaste a engancharte a la quinoa para las ensaladas ni crees en el bulgur como posible sustituto del arroz en según qué platos, no intentes siquiera leer por qué debes incorporar el sorghum a tu dieta de cada día. Si por el contrario te has enganchado a alguno de estos ingredientes incluso por encima del aguacate y sus soporíferas posibilidades, entonces este es tu artículo. Los últimos días, una fiebre por este pequeño grano procedente de África y Australia ha hecho mella entre medios y blogs de moda, por eso merecía un pequeño análisis de si ha de entrar definitivamente en nuestras vidas o, por el contrario, quedarse en moda pasajera.

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DÓNDE
Este cereal encuentra su origen y mayores plantaciones a lo largo de África y Australia, pero goza de especial popularidad en el sur de Estados Unidos. En México, sin embargo, también se ha comenzado a producir para la elaboración de tortillas para tacos y fajitas, hasta ahora de maíz. Este cambio responde a que sembrar y conseguir sorgo implica menos costes que su rival, suponiendo un cambio considerable en los 12 millones de toneladas de tortillas que se consumen actualmente en el país.

QUÉ
El sorgo está absolutamente libre de gluten, que necesita ser cocinado para poder consumirse, y aporta principalmente sodio, magnesio, potaso, zinc, hierro y vitamina B.

CÓMO
Se puede mezclar con alimentos como las lentejas, el bulgur, la fruta o la verdura para ensaladas templadas y, a diferencia de otros granos, su sabor es intenso y algo más dulce que los demás. Por ello, resultará efectivo tanto en mezclas de superalimentos como en un risotto o incluso haciendo un bizcocho con su harina. Su preparación es sencilla: ha de cocinarse en una sartén como si cocináramos palomitas: dorándolas con algo de aceite esperando a ver cómo se infla, combinándolas con yogur o leche. Su sirope, además, ha sido durante un años un edulcorante natural en el sur de Estados Unidos.