Puede que una de las imágenes que más nos ha llamado la atención este año es la de la actriz Emma Stone levantando unas pesas gigantes, y es que la fisionomía de la oscarizada actriz no responde precisamente a la idea que tenemos de un cuerpo acostumbrado a levantar pesos de esa envergadura. Más bien tirando a pequeñita de estatura y con una constitución delgada, la imagen nos recordaba a los míticos dibujos de la Hormiga Atómica. El caso es que esas imágenes fueron compartidas por su entrenador personal, Jason Walsh, y pertenecen al periodo en el que la actriz se estuvo preparando para su papel en ‘La la Land’. Pero algo seguía sin encajar: ¿prepararse para números musicales levantando peso muerto y sin acabar desarrollando mucho músculo? ¿Dónde está el truco? Pues como contó su entrenador al Daily Mail, la clave se llama Slow Training.

“El método Slow Training fue ideado y promovido en los 70 por Arthur Jones, que diseño y comercializó máquinas de resistencia variable” nos cuenta Raúl Escobar, Fitness Manager de Holmes Place Palacio de Hielo. “Él llamaba a este método de entrenamiento HIT (High Intensity Training), y con ese nombre fue difundido más tarde por el Dr. Dough McGuff en “Body by science” (2009) y por Thimoty Ferriss con su libro “4-hour body” (2010), nos explica. “Aquí en España concretamente esta metodología de trabajo fue introducida por Resistance Institute, quien la bautizó como HIST (High Intensity Strength Training) entre otros motivos para evitar confusiones con otro importante método de entrenamiento que ya todos conocemos, el HIIT”.

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Su planteamiento es sencillo. “El Slow Training busca dar la dosis mínima de ejercicio con la máxima intensidad para poder generar la mejor adaptación. Es decir, se busca llegar al límite muscular en un tiempo de aproximadamente 2 minutos”, nos explica Raúl. “A este límite no se llega de cualquier forma, la metodología ST se trabaja en velocidades muy bajas para evitar aceleraciones. Esto es así para conseguir la máxima seguridad en el entrenamiento: las aceleraciones son picos de fuerza a los que sometemos a nuestros tejidos (músculos, tendones, y el resto de tejido conectivo que se relaciona con articulaciones) y que son potencialmente lesivos. Los puntos clave del ST son la seguridad y la intensidad”.

Este método de entrenamiento está recomendado para “mejorar la fuerza de manera eficiente y segura, algo que contribuye de forma directa en la salud de las personas” y que también da lugar a una excelente vía para perder peso y ganar tono muscular. “Al igual que el resto de opciones de trabajo de alta intensidad (HIT, HIIT) es una gran opción para perder peso. Esto es gracias a esa importante deuda de oxígeno creada durante la sesión que permite un mayor gasto calórico, no sólo durante la sesión, por el aumento de la frecuencia cardiaca, sino también post entrenamiento”, nos cuenta Raúl.

Y lo mejor de todo es que no hace falta ser una campeona de halterofilia para poder practicarlo y ahí reside el secreto de su éxito. “Todo el mundo debería de intentar mejorar su fuerza tenga la condición física que tenga. Habría múltiples argumentos desde la vejez progresiva, hasta la protección del aparato locomotor, etc… “, nos cuenta Raúl. “Por lo tanto, mejorar la fuerza de manera eficiente y segura es una de las mejores maneras de tener salud. Aunque haga 10 años que llevamos una vida sedentaria, empezar por el Slow Training es una gran opción para volver a estar en forma debido a la seguridad y progresión que lleva implícitos esta metodología de trabajo”.