Se habla de la anorexia o la bulimia para referirnos a los principales trastornos de conducta alimentaria, pero también existen otras enfermedades menos conocidas pero no por ello menos alarmantes. Una de ellas es la del síndrome del comedor nocturno que está clasificado según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V) como un trastorno de conducta alimentaria. Las personas que lo padecen no suelen comer mucho por la mañana o a lo largo del día, siendo por la noche cuando se produce la mayor ingesta de los alimentos provocando grandes problemas físicos y emocionales tanto a corto como largo plazo. El momento álgido es después de cenar o incluso en mitad del sueño reparador, llegando a levantarse de la cama solo para comer grandes cantidades de comida. De este modo las personas que lo sufren restringen las 5 comidas habituales y diarias recomendadas, por una gran ingesta o varias ingestas al caer la noche.

Para conocer en profundidad este problema alimenticio hemos recurrido al conocimiento de dos expertas en la materia, por un lado Elisa Escorihuela Navarro, farmacéutica, dietista-nutricionista y directora de Nutt-Consejo Nutricional en Valencia; y por otro María Cuadrado, psicóloga clínica en el centro de Psicología y Nutrición Retiro en Madrid.

A pesar de que no existen datos oficiales por parte del Instituto Nacional de Estadística, los estudios y artículos estiman que un 1,5% de la población padece esta enfermedad, siendo más frecuente entre las mujeres. La gravedad del asunto es que en la mayor de las ocasiones este síndrome no está identificado y a largo plazo se puede convertir en un grave problema de la persona que lo padece tanto físico como psicológico.

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Causas del síndrome del comedor nocturno:

-A pesar de que no hay muchas investigaciones concluyentes al respecto, ambas expertas coinciden en que existe una modificación del patrón neuroendocrino (por ejemplo el cortisol, Hipófisis Pituitario Adrenal, melatonina y leptina) que participa en la función reguladora de los ritmos circadianos propios que modulan diversas funciones metabólicas y psicológicas. Además hay que tener en cuenta de que el cortisol está relacionada con el estrés por ese motivo los pacientes que tienen altos niveles de la misma sufren estrés nocturno vinculado a este síndrome.

-"También se puede hablar de cierta predisposición genética, factores socioculturales y ambientales", indica María Cuadrado.

-Además "hay que tener en cuenta que el inicio de este síndrome está relacionado con la depresión o trastornos de ansiedad que nos llevan a ingerir más alimentos con el finde reducir esa sintomatología nerviosa. No olvidemos que cuando comemos nuestro cerebro nos premia con una sensación de recompensa", comenta Elisa Escorihuela.


Consecuencias de este trastorno de conducta alimentaria:

Según Elisa Escorihuela "las consecuencias pueden ser muchas y muy variadas ya que puede ir desde el insomnio, anorexia matutina (falta de apetito por las mañanas), hiperfagia nocturna (aumento de la sensación de hambre por la noche) a patologías de orden metabólico como son la diabetes, alteraciones en los niveles de colesterol en sangre o el sobrepeso y obesidad. También es importante establecer una posible relación que tenga con la aparición de otros trastornos alimentarios como la bulimia o anorexia".

"Y por supuesto los problemas de sueño, el estrés, la ansiedad que el síndrome puede producir e incluso un trastorno como este también puede afectar en nuestras relaciones sociales con el resto de las personas, en especial con nuestro grupo primario", indica María Cuadrado.

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Fotograma de la película ’The Holiday’


Tratamiento del síndrome del comedor nocturno:

Para que el tratamiento sea efectivo y se consigan buenos resultados tanto a corto como largo plazo es necesario un abordaje multidisciplinar en el que intervengan varios equipos de especialistas, desde nutricionistas, pasando por psicólogos o endocrinos e incluso llegado el caso también contar con la ayuda de un psiquiatra para valorar el tratamiento farmacológico. Por lo tanto:

Desde punto de vista nutricional:

"Una alimentación adecuada y si es posible personalizada, ya que cada uno tenemos unas características, condiciones de salud, horarios de trabajo, etc. Esto junto con unos hábitos saludables como son un descanso adecuado, la práctica de ejercicio físico pueden ser clavespara su tratamiento y prevención", indica la nutricionista Elisa Escorihuela.

Lo mejor que se puede hacer es seguir la regla de las 3 D´s :

  • Dieta (seguir una alimentación adecuada y adaptada al paciente).
  • Deporte (practicar ejercicio físico, no hace falta ser deportista de élite, el hecho de caminar al menos 5 Km al día, bailar o salir a trotar 30 minutos sería suficiente).
  • Descanso (un buen descanso es primordial para nuestra salud, tanto en calidad como en cantidad de horas).

Y por último una cuarta D:

  • Diversión: intentar reducir el estrés y dedicar tiempo a aquellas cosas, aficiones o personas nos ayudan también significativamente en nuestra salud.

Desde el punto de vista psicológico:

"El enfoque psicológico seria cognitivo conductual para poder ayudar a la persona a entender su comportamiento a la par que vamos ayudando a ordenar ciertos pensamientos y manejo de estrés y ansiedad relacionados con su patología", opina la psicóloga clínica María Cuadrado.

Puede que el síndrome del comedor nocturno no sea tan habitual ni tan grave como la anorexia o la bulimia, pero es una realidad que puede que estés padeciendo sin darte cuenta de ello. Identifícala a tiempo y antes podrás tratar este trastorno.