Hazte a un lado, col rizada, y deja paso al último ingrediente estrella: la Moringa. También conocido como el árbol baqueta –debido a la forma que poseen las vainas de sus semillas–, el árbol de moringa es originario de la India, aunque también se puede encontrar en muchas otras áreas tropicales y subtropicales. Casi todas las partes de este árbol se pueden utilizar para algo, pero sus hojas y sus vainas son aquellas fracciones que más comúnmente se utilizan en alimentación y medicina tradicional. El porqué no es de extrañar: De acuerdo con la ONG Trees for Life, gramo por gramo, las hojas de moringa contienen:

– 4 veces la vitamina A que se encuentra en las zanahorias
– 7 veces la vitamina C se encuentra en las naranjas
– 4 veces el calcio que se encuentra en la leche
– 3 veces el potasio que se encuentra en los plátanos
– 2 veces la proteína que se encuentra en el yogur

Por si fuera poco, las hojas de moringa se pueden comer crudas, cocidas –como la kale o col rizada–, secas o molidas. Las vainas del árbol baqueta, que se encuentran principalmente en platos de tipo asiático, también se pueden comer crudas, cocidas o incluso exprimidas, dando lugar a un delicioso aceite de semilla de moringa.

La moringa se ha utilizado para combatir la desnutrición en zonas secas donde los cultivos nutritivos no suelen crecer con demasiada frecuencia. La Organización para la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) consideró la moringa como el Cultivo del Mes el pasado septiembre de 2014 ¿Por qué? Por su utilidad. La pregunta es, ¿por qué ahora? ¿Por qué el mundo occidental focaliza hoy toda su atención en este alimento? ¿Por sus beneficios? Qué duda cabe. Preparaos para una avalancha de té de moringa (o para una avalancha de la moringa en cualquiera de las formas que adopte). Nota importante: Si decides probar la moringa (así como cualquier otro alimento que no sea un habitual en tu menú), asegúrate de saber exactamente qué es y qué beneficios previamente.

Profundicemos en la moda del KALE
Vía: Harper's BAZAAR US