Todo el mundo ha sufrido alguna vez el terrible momento de elegir comida en el avión. Y es que a pesar de lo completo que pueda parecer el menú, hace falta tener un paladar (extremadamente) todoterreno como para poder disfrutar con alguno de sus platos.

Sin embargo, según el director de excelencia culinaria de LSG Sky Chefs Asia Pacific, Fritz Gross, aún hay esperanza para los viajeros hambrientos. "La clave es pedir platos guisados o fritos, que siempre están más sabrosos", ha revelado al diario Independent. En este sentido, asegura que son los únicos que, una vez recalentados, mantienen su sabor y consistencia. Aunque estos son, también, los platos más calóricos. Y cuando no hay arroz frito en el menú, otra idea para huir de las opciones insípidas es incluir verduras y pescados grasos, que conservan bien la humedad. Eso sí, tanto el pollo como el pescado se cocinan a una temperatura adecuada para su conservación.

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Pero si hay algo que no se debe pedir en el aire, es pasta: "Para que esta mantenga un sabor agradable, debe ser cocinada al dente", explica. De la misma manera, el director de excelencia culinaria se encarga de supervisar 30.000 comidas para British Airways, United Airlines y DragonAir, y no admite carne roja por cuestiones de seguridad. "Nuestra mayor preocupación es la seguridad alimentaria. Debido a que hacemos un volumen tan grande, no podemos darnos el lujo de tener ingredientes que no sean correctos. Pueden imaginarse cómo de fácil resulta demandar a una aerolínea. No podemos correr ningún riesgo.", dice Gross.

¡Y nada de bebidas calientes! Gross advierte que es mejor evitar este tipo de bebidas ya que los tanques de agua caliente "rara vez se limpian". Así como, al final, reconoce que lo más seguro es esperarse al aterrizaje para comer, dado que el avión siempre puede atravesar alguna turbulencia en el momento de prepararse la comida.