En el punto medio está la virtud, y no siempre los kilos de más son el problema. A veces se nos olvida que hay personas que lo que quieren es, precisamente, coger algo de peso para dejar de verse 'demasiado' delgadas. Y ya comprobamos lo bien que le ha sentado el cambio a Emma Stone. Porque sí, algunos lo llamarán bendición, pero hay quien come y no engorda (aunque se lo proponga).

Si ese es tu problema, probablemente se deba a que eres ectomorfa. Es decir, que dentro de las tres categorías de cuerpo en función de tu capacidad para acumular grasa y sintetizar músculo, la tuya es la que tiene más dificultades para llevar a cabo ambas cosas. Si siempre has sido muy delgada, con extremidades largas o incluso con poco pecho, y podrías comer y comer sin notarlo en la báscula, ese es tu biotipo. Pero, ¡tranquila! También hay una solución para ti.

Puedes llamarlo dieta para engordar, o simplemente una forma de aumentar temporal y controladamente las calorías de tu menú acorde a un plan de ejercicio. Porque si lo que buscas es un cuerpo equilibrado y saludable, no solo vas a tener que cambiar tu alimentación, también deberás reconciliarte con el gimnasio. Especialmente con la sala de peso libre. Y la razón es muy sencilla: para conseguir tu objetivo, debes ganar kilos en forma de masa muscular, algo que solo lograrás entrenando fuerza. Una vez que tengas tu rutina de pesas, podrás centrarte en alimentarte adecuadamente para ello.

Antes de empezar, recuerda: ¡no tengas miedo a comer! Además de que cuentas con la ventaja de tu metabolismo, necesitas ese aporte extra de calorías para que los músculos se recuperen y aumenten su tamaño. Y no, no te pondrás como la novia de Hulk, porque nuestras hormonas no están preparadas para ello.

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Paso número dos: los carbohidratos serán tus mejores aliados. De hecho, no pueden faltar en los días de entrenamiento. Serán los responsables de tu recuperación. Por otro lado, las proteínas serán necesarias, pero no en exceso. Los expertos apuntan que dos gramos por kilo de peso es suficiente. Respecto a las grasas saludables, el porcentaje será más alto los días de descanso (reduciendo el de carbohidratos) y moderado los días en que entrenes. Y si quieres ser aún más puntillosa, en la comida que hagas justo al volver del gimnasio, evítalas para mejorar la absorción de los nutrientes.

Y aunque no lo creas, este consejo es tan real como los anteriores: ¡duerme! El descanso es una parte esencial del proceso. Sin él, tu cuerpo no se recupera y no hay resultados. Cada semana, apunta tus progresos y, sobre todo, fíjate en el espejo, no en las cifras.

Delgadas e incomprendidas

La crueldad de las redes sociales no solo se ceba con el sobrepeso. También con la delgadez. Incluso tiene un nombre, Skinny Shaming. De hecho, no es la primera vez que modelos como Bridget Malcom o Gigi Hadid han tenido que pedir respeto a través de sus perfiles por este mismo motivo.

"¿Podemos parar ya con el Skinny Shaming, por favor? Estoy muy en forma y saludable y no estoy anoréxica. He trabajado duro para tener este aspecto y estoy orgullosa de mi cuerpo. Puede que no sea la más curvilínea pero soy una mujer que tiene todo el derecho a tener el aspecto que tengo", defendía Malcom junto a una fotografía.

Por su parte, la pequeña Hadid tuvo que responder a las acusaciones revelando que sufría la enfermedad de Hashimoto: "Actualmente, mi metabolismo ha cambiado como loco este año. Padezco la enfermedad de Hashimoto. Es una enfermedad de tiroides. Hace ahora dos años que tomo medicación para ello, por lo tanto, no quería perder más peso para el desfile (de Victoria’s Secret). Solo quería tener más músculos en los lugares apropiados, y si mis glúteos pueden lucir más contorneados, eso es bueno", confesó la modelo a la revista Elle.