Demasiado bonito para ser cierto. Mientras las fit girls comparten orgullosas sus productos estrella para mantener sus trabajados cuerpos de gimnasio, el resto de las mortales (que también hacemos nuestros pinitos en la sala de pesas, y tratamos de sobrevivir a las cañas de los sábados) seguimos con entusiasmo sus recetas y consejos al pie de la letra, sin darnos cuenta de que no por llevar delante la palabra 'fitness' esos ingredientes son más saludables que las galletas de desayuno que ahora miramos con desdén mientras pedimos por internet nuestra harina de avena sabor cookies.

Porque como podrás imaginarte, unos polvos de avena que saben a todo, menos a avena, como muchos otros productos, tienen trampa. Y si no te lo crees, solo tienes que seguir el mismo procedimiento que utilizas en el supermercado: mira las etiquetas. Si al ingrediente principal lo acompaña un listado interminable de nombres cuyo significado desconoces, se trata de un alimento tan procesado como todos los que decidiste eliminar de tu dieta para llevar una vida sana. Aunque no te lo creas, no es peor el croissant de la cafetería.

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¿El problema? Que cambian las calorías por edulcorantes, y créeme cuando te digo que es mejor no contar calorías y prescindir de ellos. De hecho, como explica la Nutricionista Clínica Malva Castro González, "el aumento de edulcorantes en la dieta promueve un cambio en la flora intestinal que promueve a la aparición indirecta de enfermedades como la obesidad, por lo que acaba teniendo el efecto contrario de lo que estamos buscando". Y de la misma manera, añade que contar calorías ha hecho que dejemos de priorizar lo realmente importante: su origen y posterior efecto en nuestro cuerpo. "Nos fijamos mucho en los macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas) y nos olvidamos de los micronutrientes, generando múltiples carencias en el organismo. Más aún si se practica actividad física con regularidad. La clave no es contar las calorías que consumimos, sino que estas provengan de alimentos reales, sin procesar", dice Castro González.

Por eso, aunque en el producto más fit de la tienda ponga 0 calorías, light o 0% materia grasa, corres el riesgo de consumir edulcorantes, emulgentes, espesantes y conservantes cuyo efecto "no se ha estudiado de forma sinérgica, cuando aparecen varios de estos químicos en un solo producto, y más si lo tomamos diariamente", cuenta la experta. Así que ya lo sabes, si quieres ver en el espejo (y en tus próximos análisis) los resultados de tu movimiento healthy, mejor olvídate de los 'cupones de descuento para proteínas' y llena tu nevera de comida sin etiquetas, y a poder ser de temporada.