7 sustitutos del café que son mejores para tu salud
Todo el mundo puede desengancharse del café, si sabe cómo hacerlo.
“Yo es que no soy nadie hasta que no me tomo un café”. Lo más seguro es que esta frase te suene; es más, es muy posible que tú misma la hayas pronunciado en alguna ocasión. El café es uno de los productos más ampliamente consumidos en nuestra sociedad; lo toman desde los jóvenes hasta los más mayores, hombres y mujeres por igual y parte de ese éxito se debe a los efectos que estimulantes de la cafeína. La cafeína “aumenta la producción de adrenalina, un neurotransmisor que hacemos que nos “pongamos en marcha” activando nuestro metabolismo, nuestro ritmo cardíaco y nuestra tensión, por ello después de tomarnos una taza de café nos sentimos con ganas de hacer más cosas y nuestro corazón late más deprisa”, nos explica Cristina Rodríguez Alconada, nutricionista del Instituto Médico Láser. “Otro efecto de la cafeína es que nos da placer debido a que disminuye la reabsorción de dopamina. Al aumentar la cantidades de dopamina que tenemos en nuestro torrente sanguíneo aumenta nuestra sensación de placer, nuestra capacidad de concentración y de permanecer en estado de alerta y es este efecto placentero uno de los responsables de que la cafeína sea adictiva”.
Y es precisamente esa adicción lo que hace que muchas personas se planteen el dejarlo. Como todo estimulante, la falta de cafeína en el organismo nos produce esa bajona que hace que enseguida vayamos a por otra taza de café.“Pasadas 5 o 6 horas desde que nos hemos tomado nuestra taza de café, más de la mitad de la cafeína se habrá eliminado y empezaremos a dejar de notar todos sus beneficios. Por ello, si queremos notarlos de nuevo, no tenemos más que tomar otra taza de café”, nos cuenta Cristina. Si nos mantenemos en un consumo moderado de tres o cuatro tazas al día, como recomienda la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, puede incluso resultar beneficioso. “Un consumo moderado de café puede tener beneficios a largo plazo, tales como prevenir el riesgo de padecer algunas enfermedades como cáncer de colon, esteatosis hepática, cirrosis, Parkinson y Alzheimer”, explica Cristina. Pero superar ese límite puede derivar en problemas nerviosos, palpitaciones, subida de la presión arterial o insomnio. Además, “un consumo excesivo de café, más de 6 tazas al día, puede revertir los efectos y producir más cansancio y somnolencia”, afirma Cristina.
Así que si estás buscando dejarlo, o simplemente reducir su consumo, hay otros muchos alimentos que pueden ayudarte, aportándote la misma energía sin presentar estas adversidades. “En general todos aquellos alimentos que nos aporten azúcar, vitaminas, especialmente las del grupo B y minerales podrían servir”, explica Cristina. “En este caso tenemos la fruta como alimento óptimo, por ello incluir una pieza de fruta (no como desayuno único, si no como complemente en nuestro desayuno) puede ayudarnos bastante a tener una mañana llena de energía. Si a esto le añadimos un puñadito de frutos secos, no en exceso que son una fuente de grasa, nuestra capacidad de concentración va a mejorar bastante, sobre todo por la cantidad de omega 3 que tienen”.
Y no solo la fruta tiene este efecto. Estas siete alternativas serán tus grandes aliados para cargarte las pilas por las mañana.
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