10 dispositivos de belleza para aficionadas a la alta tecnología
Cepillarse los dientes, lavar la cara, depilarse, estimular la circulación o deshinchar las bolsas de los ojos son sólo algunas de las cosas que puedes hacer con estos cacharritos de última generación que son el delirio del tocador más techie.
Te levantas de la cama como buenamente puedes y, casi al tiempo que apagas el despertador, pasas por tus ojos, hinchados como los de un besugo, un pequeño aparatito que, a través de pulsos sónicos, es capaz de iluminar tu mirada y que parezca despejada y como de haber dormido a pierna suelta cuando en realidad hace dos horas que te acostaste. Enciendes el cepillo de dientes, que te canta las noticias. En lo que sale el agua caliente, repasas la depilación con una combinación de luz pulsada y galvánica que te promete llegar hasta el último de tus pelitos de las piernas. Para la ducha tienes un cepillo que exfolia, otro que suaviza tus talones, un tercero para masajear la celulitis y un último para frenar la incipiente flacidez de tu óvalo facial. Todos ellos han estado cargando por la noche y ahora puedes meterlos sin problema bajo el agua. Al salir, te planchas el pelo, das un chute de rejuvenecimiento a tu escote y, mientras eliges qué serum usarás, te das cuenta de que te ha salido un grano. Con el lápiz de luz roja acabas con él y, ya que te pones, pasas el lápiz antiarrugas por el código de barras. No son ni las ocho y ya has usado once gadgets de belleza. Definitivamente eres adicta a la tecnología.
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