Grandes cambios conllevan grandes riesgos (y responsabilidades). Aquí, las diez cosas que deberías saber antes de dejarte llevar por tu peluquero, por las mechas, las decoloraciones y los tintes.

1. El tono. Poco importa el número de fotografías de Sienna, de Sarah Jessica o de Candice que lleves contigo al salón de belleza. Las probabilidades de que consigas el mismo color son bastante limitadas. El motivo no está en la capacidad de identificar tonos de tu estilista, sino en que cada pelo es un mundo y reacciona a los tratamientos a su manera.

2. No se consigue de un día para otro. Entrar como Jessica Alba y salir como Claudia Schiffer, simplemente, no es posible ni se contempla. Lo bueno es que esto consigue evitar siempre decisiones precipitadas.

3. De morena a rubia, en cuatro semanas. Sí, según los peluqueros, lo responsable es que el proceso implique cuatro visitas al salón de belleza con una semana de descanso entre ellas.

4. Consulta si con mechas será suficiente. Si tu especialista sabe darlas correctamente, es probable que no necesites decolorar. La decoloración implica ingredientes más agresivos para tu pelo, y hay quien dice que después de decolorar no vuelve a disfrutar de la misma calidad de cabello.

5. Ten en cuenta el estado de tu pelo. Si ya está seco, dañado o tiende a ser encrespado… cambiar su color sólo empeorará estos problemas.

6. El rubio te quedará mejor si… tienes la piel y los ojos claro que si ambos son oscuros.

7. Prepárate para invertir más en tus cosméticos para el cabello. Después de un tratamiento así es más que probable que tu pelo se quede dañado. Necesitarás hidratar y proteger en profundidad para que vuelva a tener un aspecto sano.

8. En verano, todo cambia. El sol, la sal del mar o el cloro cambiarán sustancialmente el color de tu pelo. Espera a que pase la época estival o hazte con un buen sombrero.

9. Lo más sencillo es empezar por un ombré a base de mechas. Pero no como los que has visto hasta ahora, sino de los que no lo parecen como en el caso de Clemence Poésy o Léa Seydoux.

10. Ser rubia requiere mantenimiento. Piensa bien si estás dispuesta a pasar por la peluquería cada cuatro o cinco semanas.